Como parece que la historia criminal no va a dar más de sí quedando por delante más de una hora de función, se introduce un giro pasional. Al policía le preocupa su falta de hombría con la que mujer de la que está enamorado, lo cual lleva a sacar lo peor de él (brillante la escena en la que el hijo del alcalde describe con una naturalidad de método como ve a la doctora antes de ser ajusticiado por el celoso agente). Como no tiene ni lógica ni gracia alguna que el asesino en serie sea el derrumbado arqueólogo, se introduce un giro que consiste en que la asesina en realidad resulta ser ella si bien es algo que la película, en un alarde de inteligencia, nunca llega a concretar abiertamente pero para los que os queden dudas os sugiero que retrocedáis a la primera escena en la que se conocen el policía y la forense: después de quitarse los guantes con los que estaba practicando la autopsia, le estrecha la mano y este se da cuenta de que su mano desnuda le ha dejado una pequeña mancha de sangre en la suya. Y si nos fijamos todo lo que viene a continuación podrían servir de pequeñas pistas que corroboren esa teoría (la iniciativa que demuestra en las conversaciones, ciertos comentarios puntuales, la escena del laberinto) todo ello sin perder la naturalidad ni la credibilidad en ningún momento, simplemente las escenas sugieren una interpretación diferente en función del enfoque con el que son miradas. Yo personalmente creo que me di cuenta en la escena del funeral del hijo, ella lo miró de tal como si supiera que fue él el autor, como si no pudiera ser de otra forma...

Entonces cobra aquí la teoría de la mantis religiosa: todos los asesinados eran chicos jóvenes de entre dieciséis y veinte años (primero copularía con ellos y luego los mataría) y todo apunta a que el hijo del alcalde iba a ser el siguiente, lo que pasa es que del pacífico inspector se apoderó el instinto más vil y primario y le fastidió el plan, convirtiéndose no obstante con ese acto en el hombre que sí le terminaba de gustar. Asumiendose el uno al otro y pactando guardar mutuamente sus secretos se van a vivir juntos como pareja de psicópatas casi, pero a mi me queda la duda de como lo miró ella al investigador la primera vez que lo vio, como una nueva víctima o como alguien especial. Yo me decantaría más bien por lo segundo, pues se puede ver como la chica parece estar indecisa acerca de lo que siente por él, aunque uno pueda pensar que lo que realmente la frustra sea la poca pericia en la cama del joven inspector.

Por otro lado, esta película tiene bastantes reflexiones acerca de las mujeres y su actitud y no siendo todas ellas pronunciadas verbalmente por los personajes, algunas son sugeridas por la narración. Otro punto a favor es que aún anticipando lo que vaya a pasar, la película mantiene la tensión, lo cual es una sensación agradecida.