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Voto de El Extranjero :
3
5,3
1.776
Thriller
En Chicago, la vida de Sam Phelan (Chris Hemsworth) y su esposa Leslie (Victoria Profeta) cambiará por completo cuando en un golpe de suerte se encuentran con un maletín lleno de dinero en efecitvo. El problema surgirá cuando el hombre que ha perdido la maleta, el extraño y siniestro Pyke Kubic (Sean Bean), quiera recuperar su dinero... (FILMAFFINITY)
1 de enero de 2024
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sean Benn está en estado de gracia en esta película de bajo presupuesto, que se desarrolla como si los tres protagonistas y el entorno con el que interactúan existieran en una burbuja que estuviera totalmente aislada del resto del mundo. Es un fallo/impericia recurrente en este tipo de películas, que uno está dispuesto a asumir, pero el argumento se termina volviendo absurdo.
Mientras pasa por debajo de otra autovía, sobre el coche de Chris Hemsworth cae un maletín que unos cacos arrojan por la ventana. El bueno de Chris en un principio se enoja, maldiciendo su suerte (el enser le ha abollado el capó), pero al ver lo que hay dentro (600.000 y pico dólares en cash, -o como diría Fermín Trujillo, kas-) pues se lo toma de otro modo.
El que lo había robado (Sean Benn 1) va a la carcel, pero lo viene a visitar su hermano (Sean Benn 2) y acepta la espinosa tarea de seguir el rastro del dinero a raíz de investigar suculentas compras pagadas al contado (es de lógica que el que se encontrara tamaña cantidad de efectivo lo iba a empezar a gastar cuanto antes, ya 'Uno de los nuestros' nos iluminó con el hecho de que eso de contenerse y no llamar la atención por un tiempo no iba muy acorde con la condición humana) y por consiguiente, encontrar al que tenga el maletín.
Tras visitar a unos sospechosos que en más o menos espacio de tiempo termina descartando, Sean Benn (cuya labor de investigación se limita a visitar a aquellos que figuraban en los (escasos) albaranes (que sustrajo) de las adquisiciones pagadas al contado de un concesionario de coches; como bien le explicó el gerente, aquello no era lo más habitual -Benn le había preguntado, '¿Si alguien viene aquí y paga un coche al contado, ¿qué hace usted?' 'Correrme encima', le responde el otro-) encuentra a los que lo tienen (Hemsworth y su novia). Al ver eso pensé en que si era tan (relativamente) fácil rastrear una compra en efectivo, ahora que por cosas de vivir en un mundo cada vez más libre, solo se puede abonar con tarjeta compras y transacciones superiores a los 1000€, sería cuestión de minutos.
Mientras pasa por debajo de otra autovía, sobre el coche de Chris Hemsworth cae un maletín que unos cacos arrojan por la ventana. El bueno de Chris en un principio se enoja, maldiciendo su suerte (el enser le ha abollado el capó), pero al ver lo que hay dentro (600.000 y pico dólares en cash, -o como diría Fermín Trujillo, kas-) pues se lo toma de otro modo.
El que lo había robado (Sean Benn 1) va a la carcel, pero lo viene a visitar su hermano (Sean Benn 2) y acepta la espinosa tarea de seguir el rastro del dinero a raíz de investigar suculentas compras pagadas al contado (es de lógica que el que se encontrara tamaña cantidad de efectivo lo iba a empezar a gastar cuanto antes, ya 'Uno de los nuestros' nos iluminó con el hecho de que eso de contenerse y no llamar la atención por un tiempo no iba muy acorde con la condición humana) y por consiguiente, encontrar al que tenga el maletín.
Tras visitar a unos sospechosos que en más o menos espacio de tiempo termina descartando, Sean Benn (cuya labor de investigación se limita a visitar a aquellos que figuraban en los (escasos) albaranes (que sustrajo) de las adquisiciones pagadas al contado de un concesionario de coches; como bien le explicó el gerente, aquello no era lo más habitual -Benn le había preguntado, '¿Si alguien viene aquí y paga un coche al contado, ¿qué hace usted?' 'Correrme encima', le responde el otro-) encuentra a los que lo tienen (Hemsworth y su novia). Al ver eso pensé en que si era tan (relativamente) fácil rastrear una compra en efectivo, ahora que por cosas de vivir en un mundo cada vez más libre, solo se puede abonar con tarjeta compras y transacciones superiores a los 1000€, sería cuestión de minutos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Benn les localiza y estos recuperan el dinero ($540.000) que habían repartido por bancos y casas de familiares y se lo entregan. Les había dado tiempo a gastarse como $70.000 y Benn resulta ser un tipo duro de mollera y quiere hasta el último céntimo en efectivo, ni más ni menos.
(Cosa totalmente absurda, el dinero no era suyo, ni nadie le estaba presionando, esta pareja de pipiolos no eran ni profesionales, ni delincuentes, se habían encontrado hace una semana una gran suma y se han gastado una pequeña parte y te han devuelto el 85% del montante. Comprensible, ¿no? Vete y déjales en paz. Pues no, les obliga a vender el coche recién comprado, a rehipotecar la casa para obtener un préstamo y ponerse a atracar supermercados de barrio a $500 dólares el golpe para reunir los $17.000 que todavía faltaban. Mientras tanto duerme en su casa y se come su comida. ¿Eso no se lo descuenta?)
La película trata de ser simpática y amena (Sean Benn es un tío muy carismático y tiene un look de cañero), espontánea y con toques de comedia e ironía, pero como no tiene mucho sentido, se queda en el terreno de la mediocridad.
(Cosa totalmente absurda, el dinero no era suyo, ni nadie le estaba presionando, esta pareja de pipiolos no eran ni profesionales, ni delincuentes, se habían encontrado hace una semana una gran suma y se han gastado una pequeña parte y te han devuelto el 85% del montante. Comprensible, ¿no? Vete y déjales en paz. Pues no, les obliga a vender el coche recién comprado, a rehipotecar la casa para obtener un préstamo y ponerse a atracar supermercados de barrio a $500 dólares el golpe para reunir los $17.000 que todavía faltaban. Mientras tanto duerme en su casa y se come su comida. ¿Eso no se lo descuenta?)
La película trata de ser simpática y amena (Sean Benn es un tío muy carismático y tiene un look de cañero), espontánea y con toques de comedia e ironía, pero como no tiene mucho sentido, se queda en el terreno de la mediocridad.