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Voto de El Extranjero :
6
7,4
2.297
Drama
Giuliana Hermil es una mujer asentada en el convencionalismo de un matrimonio que siente roto, desde hace tiempo sospecha que su marido, Tullio Hermil, tiene una amante. Éste, aclimatado en una filosofía del goce y disfrute, se dedica a entrenar en la esgrima, a la lectura, y a su amor pasional, su amante Teresa Raffo. En Tullio no surgirá la chispa del deseo por su mujer hasta que se entere de la relación que ésta ha iniciado con un ... [+]
26 de febrero de 2023
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sus elipsis no me convencen, pero es un poderoso alegato de hasta qué punto resulta vacía una existencia basada en el egoísmo, en la constante persecución por satisfacer los deseos y preservar el orgullo propio. Cuando todo marcha bien, dicha existencia es monótona y aburrida, surge la necesidad de tener un nuevo aliciente, como por ejemplo, un nuevo enamoramiento.
La primera media hora es buena (me gusta percibir esa excitación que le asalta al enamorarse, la siento como si fuera mía) luego se vuelve algo más densa y pausada, pero te mantiene en la historia.
La primera media hora es buena (me gusta percibir esa excitación que le asalta al enamorarse, la siento como si fuera mía) luego se vuelve algo más densa y pausada, pero te mantiene en la historia.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
En una magistral y concisa exhibición dialéctica, Tullio le anuncia a su mujer de que el amor existe pero tiene fecha de caducidad, que pasado un tiempo las parejas se vuelven compañeros siempre y cuando tengan intereses y pareceres en común. Así le anuncia de que está enamorado de su amante. Pero cuando aparece un hombre que llama la atención de su esposa desatendida, vuelve junto a ella (su amante, una Jennifer O'Neill bastante atractiva, sobre todo al principio, va por libre, su vida no se limita a complacerle). Yo creo que lo hace más que por amor, por no poder soportar que otro hombre le haya quitado el sitio, le haya superado: eso de cara a la galería aristocrática sería una humillación. No se quita de la cabeza que otro hombre haya conquistado a su esposa, aunque él tenga relaciones extramatrimoniales la ve como una 'compañera' a la que conoce de hace mucho tiempo que tiene que estar para él. También entra en juego la máxima de que 'se empieza a valorar algo solo cuando se pierde'.
Tullio trata de embaucarla con infumables peroratas, afectadas y recargadas, muy cursis y falsarias, pero solo busca su conveniencia: sentir que ha recuperado lo que siempre fue suyo, que su esposa se entregue a él y le desee solo a él (por eso vuelve con ella). Ésta se ha quedado embarazada de su amante, el cual contrae una enfermedad y fallece, y Tullio odia al retoño porque lo ve como una extensión del difunto. Trata de convencerla de que aborte como prueba de que solo lo ama a él, pero la embarazada se escuda en el hecho de que sería un acto amoral y nefando.
El bebé nace y Tullio sufre por su existencia. La recientemente madre le asegura que hubiera preferido que muriera en el parto (como ya le pasó una vez con Tullio) para que éste no padeciera tan intensamente. Tullio se las arregla para quedarse a solas con el neonato y lo mata exponiéndolo al gélido aire invernal. La madre destrozada, sabe que fue él y le confiesa que en realidad amó al niño y si le toleró es para que al niño no le faltará de nada (no entendí por qué, si tanto deseaba eso, no se marchó a vivir con su amante, puesto que él también era adinerado, se dice que estaba de viaje en África por razones humanitarias, y supongo que murió cuando la gestación aún no estaba en una fase muy avanzada, las elipsis temporales no están muy definidas).
El caso es que Tullio trata de volver con su amante, a la que dejó plantada por defender su orgullo, pero ésta le dice que si en un momento le pareció atractivo, ya no lo ama. Hay reflexiones acerca de la inestabilidad que se dan en las relaciones intersexuales, y Tullio, sin nadie en el mundo pero con un montón de riqueza, decide acabar con todo dándose un tiro en el corazón.
En su última película, Visconti ilustra lo ocioso de una vida acomodada sin mayores sobresaltos que mantener un estatus y una imagen de corrección de cara a sus homólogos, que en el intratable vacío que asola sus vidas, carentes de motivaciones reales, derruídas por el mortecino paso del tiempo, derrochado sin ninguna productividad o en forma de algún bien hacia el prójimo, buscan nutrirse de chismes y desgracias ajenas. Todos esos trajes tan elegantes (cualquiera puede ser señor, le atavias con uno de esos a un menesteroso y no se notaría la diferencia) y veladas con músicos, gente culta y con modales, todo eso está muy bien y puede ser considerado como paradigma de lo que es tener clase, buen gusto y cultura, pero solo está reservado a unos pocos privilegiados: no deja de ser injusto.
El protagonista Tullio (buena actuación, contenida, expresiva) es un tipo que no experimenta ninguna clase de escrúpulos al asesinar a un inocente e indefenso recién nacido, solo porque no llevaba su sangre.
Algo he leído, pero no conozco a fondo la obra, vida y el contexto en el que se desarrolla todo el arte del director, pero diría que con esta obra trata de lavar un poco su conciencia, de mostrar que los de su clase tampoco son tan buenos ni perfectos ni felices.
Tullio trata de embaucarla con infumables peroratas, afectadas y recargadas, muy cursis y falsarias, pero solo busca su conveniencia: sentir que ha recuperado lo que siempre fue suyo, que su esposa se entregue a él y le desee solo a él (por eso vuelve con ella). Ésta se ha quedado embarazada de su amante, el cual contrae una enfermedad y fallece, y Tullio odia al retoño porque lo ve como una extensión del difunto. Trata de convencerla de que aborte como prueba de que solo lo ama a él, pero la embarazada se escuda en el hecho de que sería un acto amoral y nefando.
El bebé nace y Tullio sufre por su existencia. La recientemente madre le asegura que hubiera preferido que muriera en el parto (como ya le pasó una vez con Tullio) para que éste no padeciera tan intensamente. Tullio se las arregla para quedarse a solas con el neonato y lo mata exponiéndolo al gélido aire invernal. La madre destrozada, sabe que fue él y le confiesa que en realidad amó al niño y si le toleró es para que al niño no le faltará de nada (no entendí por qué, si tanto deseaba eso, no se marchó a vivir con su amante, puesto que él también era adinerado, se dice que estaba de viaje en África por razones humanitarias, y supongo que murió cuando la gestación aún no estaba en una fase muy avanzada, las elipsis temporales no están muy definidas).
El caso es que Tullio trata de volver con su amante, a la que dejó plantada por defender su orgullo, pero ésta le dice que si en un momento le pareció atractivo, ya no lo ama. Hay reflexiones acerca de la inestabilidad que se dan en las relaciones intersexuales, y Tullio, sin nadie en el mundo pero con un montón de riqueza, decide acabar con todo dándose un tiro en el corazón.
En su última película, Visconti ilustra lo ocioso de una vida acomodada sin mayores sobresaltos que mantener un estatus y una imagen de corrección de cara a sus homólogos, que en el intratable vacío que asola sus vidas, carentes de motivaciones reales, derruídas por el mortecino paso del tiempo, derrochado sin ninguna productividad o en forma de algún bien hacia el prójimo, buscan nutrirse de chismes y desgracias ajenas. Todos esos trajes tan elegantes (cualquiera puede ser señor, le atavias con uno de esos a un menesteroso y no se notaría la diferencia) y veladas con músicos, gente culta y con modales, todo eso está muy bien y puede ser considerado como paradigma de lo que es tener clase, buen gusto y cultura, pero solo está reservado a unos pocos privilegiados: no deja de ser injusto.
El protagonista Tullio (buena actuación, contenida, expresiva) es un tipo que no experimenta ninguna clase de escrúpulos al asesinar a un inocente e indefenso recién nacido, solo porque no llevaba su sangre.
Algo he leído, pero no conozco a fondo la obra, vida y el contexto en el que se desarrolla todo el arte del director, pero diría que con esta obra trata de lavar un poco su conciencia, de mostrar que los de su clase tampoco son tan buenos ni perfectos ni felices.