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España España · Málaga
Voto de Kaori:
3
Aventuras. Acción El arqueólogo Indiana Jones deberá emprender otra aventura contra el tiempo para intentar recuperar un dial legendario que puede cambiar el curso de la historia. Acompañado por su ahijada, Jones pronto se encuentra enfrentándose a Jürgen Voller, un ex nazi que trabaja para la NASA. (FILMAFFINITY)
3 de febrero de 2024
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Eres su fan, eres seguidor de Indiana Jones, eres quien lo ha creado, eres su padre y ¿es esto lo que imaginas para él? ¿Quieres ver a tu héroe totalmente abandonado, desgraciado, amargado, depresivo, acabado, desprestigiado e infeliz? ¿Para eso vuelves treinta años después?

Si es que todo esto no es más que el reflejo de la absoluta decadencia en la que vivimos.

Porque es que a Indiana Jones no le han dejado ni la dignidad. No solo a él, sino al resto de personajes. Sallah pasa de vivir en un Egipto dorado de influencia inglesa, su patria ancestral…, a ser un emigrante hacinado en un apartamento de la Gran Manzana. Lamentable. ¿Es que acaso no se puede construir algo hermoso, emocionante y legendario en nuestra era? ¿Nos demuestra esto que los tiempos pasados, al menos los tiempos de Indiana Jones, son mejores que los nuestros para la aventura, para la gloria?

Más allá del mito, «Indiana Jones y el dial del destino» cae en todos los horrores del cine contemporáneo. Algunos de sus males son: el gratuito drama de las narices, el nulo sentido del entretenimiento, el feminismo vomitivo (mujeres feministamente empoderadas, y aceptadas, en el Marruecos de los años sesenta...), los efectos digitales plastificados que lo hacen todo tan falso e indistinguible o la dolorosa ausencia de carisma. En fin, una desgracia.

Observemos a Helena, un personajes de esos que seguro que los guionistas escriben con asco por imperativo ideológico, pero sin ninguna ilusión. Helena es el anti carisma. Desde que aparece, se presenta como prepotente, traicionera, desleal, chula y sin respeto ninguno. Estos atributos se interpretan en clave positiva, como si fuese una chica cool; pero no, amigo, un ser humano así merece toda nuestra antipatía, y la tiene. Será por culpa de Helena que la historia se complique; será ella la primera en hacerle las puñetas a Indiana Jones. «Yo mando», llega a decir la tipa esta. Anda y que os den.

El insulto es aún mayor cuando no paran de hacer guiños y referencias a los clásicos de la saga. Incluso han tenido la osadía de copiar «El templo maldito» en la relación Indiana-Tapón, como si Helena fuera el heredero de Indiana y ese niño esaborío con bigote y cara de palo pudiera compararse con la simpatía de Tapón, su clase y carisma. Y como estas, muchas cosas más que sencillamente he preferido olvidar.

El guion recurre otra vez a los nazis, lo que ya es hasta cansino, y se dedica a desmitificarlo todo. Indiana duda de cualquier elemento paranormal…, ¡él!, que ha tenido en sus manos el Santo Grial. Sin palabras.

El tramo final es infumable, con unos villanos patéticos por su torpeza y una ida de olla de viajes en el tiempo que solo sirve para potenciar el drama lamentable de Indiana Jones y su extrema decadencia. Las peripecias a lo largo de dos horas y cuarenta minutos no tienen energía, emoción ni un sano espíritu de aventura.

Parad ya esto, os lo suplico.
Kaori
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