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España España · Málaga
Voto de Kaori:
5
Comedia. Terror. Thriller. Intriga Julia (Carmen Maura), una mujer madura que trabaja en una agencia inmobiliaria, encuentra 300 millones escondidos en un piso. A continuación se traslada al apartamento de arriba y esconde el dinero, pero tiene que enfrentarse a la desquiciada comunidad de vecinos, encabezada por un administrador sin escrúpulos (Emilio Gutiérrez Caba), que hará todo lo posible para retenerla y quedarse con la fortuna. (FILMAFFINITY)
5 de octubre de 2013
10 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Álex de la Iglesia se rodeó de lo mejorcito del panorama interpretativo y envejecido español para su particular comunidad de egoístas y psicópatas en pie de guerra por un tesoro escondido. Un thriller con mucho de tebeo y toques de humor negro íntegramente rodado en un edificio en el que, seguramente, nunca pasa nada, hasta que pasa.

Yo propongo, por pedir que no quede, que el personaje de Emilio Gutiérrez, interpretado por Emilio Gutiérrez (Caba), entre directamente en la categoría de villano antológico de nuestra filmografía. ¿Por qué será que se llaman igual? Inquietamente fusionados por nombre y apellido, el actor y el personaje, administrador de «La comunidad», cogen la película entre sus manos y la moldean a su conveniencia; ellos y no De la Iglesia, no el guión, no Maura, que es bastante justita; ellos, los dos Emilio, que no necesitan de nada ni nadie para subyugar la escena y que nos dejan como momento cumbre y cinematográfico patrio la explicación de una iluminada quiniela. Con la cara de buena gente que siempre ha tenido don Gutiérrez (Caba), y qué fácil le resulta hacer de malvado, despiadado y, a su manera, respetuoso vecino. Del resto, me quedo con una briosa Terele Pávez, de las más esperpénticas y siniestras, y con Sancho Gracia. Y eso que De la Iglesia no dirige a los actores como debería, lo cual es una lástima.

A galope entre la comedia y la tragedia, «La comunidad» tiene un planteamiento muy interesante pero a todas luces mal desarrollado, cayendo en variopintos errores en las secuencias temporales o en la propia coherencia de las situaciones. Registros de domicilio sin ninguna discreción, comportamientos ilógicos y, por lo tanto, forzados (de la protagonista Julia, por ejemplo, que pasa de la indiferencia al estrés en un segundo) o casi, casi, bilocación por parte de los personajes, que aparecen y desaparecen sin tener en cuenta la secuencia anterior. Reír, te ríes a veces, y lo único que te da susto son las cucarachas, que salen unas cuentas.

Hortera y rarita, pero entretenida y, puntualmente, superior.
Kaori
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