Decían que esta era la mejor adaptación de «Persuasión». Mentira. Hay que seguir buscando. O no sé, que directamente dejen de intentarlo, porque vaya tela.

Puede que me haya hecho demasiado fan del libro, es posible, pero es que de nuevo nos encontramos con una adaptación muy formalista, muy de época, pero terriblemente fría y con un guion pésimo que puede que respete los acontecimientos fundamentales, pero a grueso modo y con brocha gorda. Dudo mucho que alguien que no haya leído la novela se entere de lo que ha pasado y de lo que está pasando. Otra vez la historia de amor arrumbada a lo más ínfimo y mínimo, quitando las pocas escenas en las que interactúa la pareja y sin que se vea que ahí hay amor. Es que ni se miran, por favor.

Hablemos del casting. Quien eligió a estos actores debería ser despedido de inmediato. No creo que el horrible casting se deba solo a esto, pero existe cierta tendencia a pensar que las heroínas de Jane Austen son feas. Supongo que entra dentro de la misma corriente que considera a la autora como una pre feminista que escribía heroínas rebeldes adelantadas a su época, lo que inevitablemente lleva a personajes que no entran en el prototipo de belleza patriarcal. Muy bien, pues es mentira. Tanto ellas como ellos son guapos, atractivos. En la película es justo al revés: todos los personajes son poco agraciados, algunos muy poco agraciados, cuando a veces su característica principal es precisamente su apostura. Es que de verdad que no lo entiendo.

A todo lo dicho, añadir que es una película sin ninguna chispa o emoción, descafeinada, sin garbo ni mérito. Insuficiente.