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España España · Málaga
Voto de Kaori:
8
Drama Un granjero californiano tiene dos hijos, Cal y Aron, de caracteres muy diferentes, pero ambos compiten por el cariño de su padre. La situación de Cal se complica cuando averigua que, en realidad, su madre no sólo no está muerta, sino que además regenta un local de alterne. (FILMAFFINITY)
19 de octubre de 2012
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cine clásico, clásico de verdad, el que a mi me gusta y el que no se valora como merece. Cine grande, intenso, con buenas tablas, creativo, artístico, sentimental y desgarrador. ¿Cómo hemos podido degenerar tanto?

Elia Kazan, consciente de la historia, se arriesga a deformar los encuadres, retorcer las composiciones, maltratar a sus actores y no se detiene en ser cruel. Algunas escenas de «Al Este del Edén» son de un vicio que asustan; la última secuencia de Aron, por ejemplo, pone los pelos de punta. Dick Davalos está genial, pero es que a Julie Harris (Abra) habría que haberle dado algún premio aunque sólo fuese por esa ambigua pasión que demuestra desde el primer minuto hacia el hermano Cal. Sus miradas, sus gestos y hasta sus palabras, en apariencia inocentes, las carga el Diablo. Y de James Dean sólo se puede decir bueno: que este niño-hombre se come el guión y hace añicos lo establecido para crear vida dentro de la pantalla. El «te odio» que lanza en un momento dado estremece, pero su presencia llega a ser inquietante oculto debajo de ese árbol metafórico, donde parece comer del fruto del Bien y del Mal. Esa escena es sobrenatural. En todos los sentidos.

El argumento es muy sencillo: la rivalidad de dos hermanos por el amor de un padre y una mujer. Eso en la primera capa, pero hurgando apenas por encima te encuentras con una avalancha de intra tramas e ideas que te despabilan las neuronas. De hecho, hay tanto y tan bueno, que la película alcanza una densidad que pesa un mundo. Y es que reinterpretar el mito de Caín y Abel para reflexionar sobre el Bien, el Mal y la presencia de Dios tiene ya mérito.

Lo que encuentro más llamativo de toda la historia es esa inversión de roles, en la que es Dios quien pide perdón al pecador, y el pecador le perdona por no haberle amado en su heredada imperfección. El juicio divino, sus exigencias y su extrema, implacable bondad, desamparan al Hombre, le dejan inseguro y a la deriva, en perpetua búsqueda del bien más importante: el amor. Mi duda es saber si esa sensación de desamor es más ficticia que real, pero eso queda abierto al debate, como tantas otras cosas de «Al Este del Edén». Por ejemplo, la verdadera naturaleza de Aron, punto realmente interesante.

Hermosa y trágica película que hace alarde de buen Cine. Estupenda.
Kaori
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