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Intriga. Drama
Tercer episodio de la tercera temporada de Sherlock. Un caso de cartas robadas conduce a Sherlock Holmes a un conflicto con Charles Augustus Magnussen, el Napoleón del chantaje, y el único hombre a quien realmente odia. ¿Pero cómo enfrentarse a un enemigo que conoce los secretos y los puntos débiles de todos los personajes de Occidente? (FILMAFFINITY)
1 de octubre de 2017
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cierre de la temporada tres, que ha tenido dos primeros capítulos realmente entretenidos y graciosos pero, como suele pasar, en el último la fastidian. Por cierto que el error de traducción me ha puesto los pelos de punta: el título original es «bow», no «vow». Así que sería «reverencia». Si fuese «vow», de todas maneras, la idea correspondería a «voto» de «promesa» o «juramento», no de «votar».
En «Su última reverencia» aparece uno de los temas más polémicos que rodean a Sherlock Holmes: su consumo de drogas. De verdad que este tema es mucho más interesante de lo que parece. Porque para entender su dimensión y el porqué de que un caballero como sir Arthur Conan Doyle le diera esa característica a su personaje, hay que entender también que no estamos en el siglo veintiuno donde las drogas tienen fuertes connotaciones negativas sino a finales del diecinueve, cuando se recetaban como medicamentos.
En ese 1887 no se sabía nada de lo que hoy sabemos de las drogas. Doyle como médico y viajero seguramente estaba más al tanto, pero no con todos los conocimientos sobre su adicción, efectos y consecuencias que tenemos ahora. Así, Sherlock Holmes es un ignorante al respecto. Ni siquiera el público de la época, y a mí esto me parece totalmente significativo, se alarmó ante esa cocaína diluida al siete por cierto que se inyecta de vez en cuando (por lo demás, «un hombre muy sano»). De alguna manera, entraba dentro de lo exótico, de la ligera excentricidad de los genios, igual que fuma en pipa como un cosaco. Esto me lleva a pensar que al traspasar este personaje a nuestro siglo, Sherlock no debería consumir ninguna droga. Quizás el tabaco, que sí me parece una de sus señas de identidad, pero ya está. Entre otros motivos, pongo en duda que un hombre que vive de su cerebro y valora tanto su superioridad intelectual, se permitiera el lujo de hacer cualquier cosa que lo deteriorara, que fuese en su contra y le hiciera perder neuronas; en 2017 Sherlock sí sabría que la cocaína le daña, y más intravenosa, que al parecer produce una adicción brutal, y Sherlock no es adicto.
Aparte de este tema, «His last bow» es un compendio de ridiculeces que no hay por dónde cogerlas. Vamos a spoiler.
En «Su última reverencia» aparece uno de los temas más polémicos que rodean a Sherlock Holmes: su consumo de drogas. De verdad que este tema es mucho más interesante de lo que parece. Porque para entender su dimensión y el porqué de que un caballero como sir Arthur Conan Doyle le diera esa característica a su personaje, hay que entender también que no estamos en el siglo veintiuno donde las drogas tienen fuertes connotaciones negativas sino a finales del diecinueve, cuando se recetaban como medicamentos.
En ese 1887 no se sabía nada de lo que hoy sabemos de las drogas. Doyle como médico y viajero seguramente estaba más al tanto, pero no con todos los conocimientos sobre su adicción, efectos y consecuencias que tenemos ahora. Así, Sherlock Holmes es un ignorante al respecto. Ni siquiera el público de la época, y a mí esto me parece totalmente significativo, se alarmó ante esa cocaína diluida al siete por cierto que se inyecta de vez en cuando (por lo demás, «un hombre muy sano»). De alguna manera, entraba dentro de lo exótico, de la ligera excentricidad de los genios, igual que fuma en pipa como un cosaco. Esto me lleva a pensar que al traspasar este personaje a nuestro siglo, Sherlock no debería consumir ninguna droga. Quizás el tabaco, que sí me parece una de sus señas de identidad, pero ya está. Entre otros motivos, pongo en duda que un hombre que vive de su cerebro y valora tanto su superioridad intelectual, se permitiera el lujo de hacer cualquier cosa que lo deteriorara, que fuese en su contra y le hiciera perder neuronas; en 2017 Sherlock sí sabría que la cocaína le daña, y más intravenosa, que al parecer produce una adicción brutal, y Sherlock no es adicto.
Aparte de este tema, «His last bow» es un compendio de ridiculeces que no hay por dónde cogerlas. Vamos a spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
-El villano en esta ocasión es Magnussen, una especie de magnate de la prensa que recopila información de gente muy importante para chantajearla... porque sí, porque nunca sabemos qué es lo que pide a los chantajeados.
-Magnussen, viéndose imbatible, le cuenta (cómo no) a Sherlock y Watson su secreto: que en realidad no tiene ningún archivo sobre las personas, sino que todo está en su cerebro... Es decir: que este hombre tan peligroso que pone en jaque al mundo entero no tiene ni una puñetera prueba de nada. Y sin tener ni un mísero informe de un ministro, un diputado o Perico de los Palotes la prensa publica cualquier cosa que le cuente sin pedir fuentes ni hechos, ni nada. Vamos, por favor. Los medios de comunicación estarían masacrados a querellas y juicios.
-Pensemos un poco sobre el modus operandi de Magnussen. Este tipo debe de tener un equipo internacional e interdisciplinar que se dedica a hurgar en la vida de centenares de individuos y sacar información exacta e infalible... pero este equipo ¿cómo recopila esa información? Si no hay ningún archivo, ¿es que ellos también lo hacen todo de memoria? ¿Descubren un documento incriminatorio, lo memorizan, pasan de él y luego se lo explican a Magnussen? ¿O se lo dan y después Magnussen lo destruye...? ¿De verdad esto tiene sentido?
-¿Cuál es el plan de Magunessen respecto a Mycroft? Presiona a Mary, tal y como explica, para conseguir a Mycroft, pero llega a tener en las manos su ordenador y ni lo abre... Lo que hace es presumir de que van a detener a Sherlok y Watson por haber intentando venderle secretos de estado. Pero ¿quién se va a creer esto? En cuanto llega la policía con Mycroft a la cabeza, simplemente hay que contarles lo que ha pasado y desvelarles que ese Magnussen en realidad va de farol porque no tiene ninguna prueba contra nadie y el asunto se cierra. Es que es de idiota. De hecho, al final se ve que, como es lógico, no acusan ni a Watson ni a Sherlock de traición.
-Mary Watson resulta que es una ex agente de la CIA y ex asesina a sueldo. Toma castaña. Dicen que a John le gustan las emociones fuertes y el peligro, y por eso se enamoró de una mujer así,... pero luego tiene pesadillas de la guerra en Afganistán...
-Cuando Magnussen lo descubre, la presiona, así en abstracto, para que haga... ¿nada?, solo por presionar. Mary no quiere que Watson se entere de su pasado, así que decide matar a Magnussen. Para ello, se cuela en su despacho privado y ultra seguro no sabemos cómo. Al mismo tiempo, mira qué casualidad, Sherlock y John están entrando también en el despacho de Magnussen, así que Mary ha tenido que entrar, golpear a la secretaria, llevarse a Magnussen desde su asiento a una habitación anexa y ponerlo de rodillas para pegarle un tiro en la cabeza en los cinco segundos que tardan los otros en subir. Perfecto.
-Sherlock se encuentra a Magnussen suplicando por su vida con una persona apuntándole. La asesina puede intentar huir, puede disparar al malo y huir; puede disparar a los dos; puede no disparar a nadie y dar la cara; puede disparar a Magnussen y dar la cara; puede herir a Magnussen... ¿Qué hace, entonces? Va y se gira, para que Sherlock descubra que es Mary, dispara a Sherlock y deja vivo a Magnussen. Muy bien.
-Ah, pero Mary en realidad no quería matar a Sherlock y le ha disparado ¿para disimular? justo en una zona que no es mortal... Luego Sherlock comenta que si la ambulancia llega cinco minutos más tarde hubiera muerto. Gracias, ¿eh, Mary?
-La excusa que dan para este comportamiento es que Mary no quiere incriminar a Watson si mata a Magnussen porque está en el despacho... ¿Cómo? ¿Por qué iba a incriminarle eso y no disparar a Sherlock? Es que no tiene ni pies ni cabeza.
-Y Sherlock matando a sangre fría a Magnussen... Bueno, esta acción delata simple y llanamente que el personaje de Sherlock Holmes no se comprende o no se quiere comprender.
-Magnussen, viéndose imbatible, le cuenta (cómo no) a Sherlock y Watson su secreto: que en realidad no tiene ningún archivo sobre las personas, sino que todo está en su cerebro... Es decir: que este hombre tan peligroso que pone en jaque al mundo entero no tiene ni una puñetera prueba de nada. Y sin tener ni un mísero informe de un ministro, un diputado o Perico de los Palotes la prensa publica cualquier cosa que le cuente sin pedir fuentes ni hechos, ni nada. Vamos, por favor. Los medios de comunicación estarían masacrados a querellas y juicios.
-Pensemos un poco sobre el modus operandi de Magnussen. Este tipo debe de tener un equipo internacional e interdisciplinar que se dedica a hurgar en la vida de centenares de individuos y sacar información exacta e infalible... pero este equipo ¿cómo recopila esa información? Si no hay ningún archivo, ¿es que ellos también lo hacen todo de memoria? ¿Descubren un documento incriminatorio, lo memorizan, pasan de él y luego se lo explican a Magnussen? ¿O se lo dan y después Magnussen lo destruye...? ¿De verdad esto tiene sentido?
-¿Cuál es el plan de Magunessen respecto a Mycroft? Presiona a Mary, tal y como explica, para conseguir a Mycroft, pero llega a tener en las manos su ordenador y ni lo abre... Lo que hace es presumir de que van a detener a Sherlok y Watson por haber intentando venderle secretos de estado. Pero ¿quién se va a creer esto? En cuanto llega la policía con Mycroft a la cabeza, simplemente hay que contarles lo que ha pasado y desvelarles que ese Magnussen en realidad va de farol porque no tiene ninguna prueba contra nadie y el asunto se cierra. Es que es de idiota. De hecho, al final se ve que, como es lógico, no acusan ni a Watson ni a Sherlock de traición.
-Mary Watson resulta que es una ex agente de la CIA y ex asesina a sueldo. Toma castaña. Dicen que a John le gustan las emociones fuertes y el peligro, y por eso se enamoró de una mujer así,... pero luego tiene pesadillas de la guerra en Afganistán...
-Cuando Magnussen lo descubre, la presiona, así en abstracto, para que haga... ¿nada?, solo por presionar. Mary no quiere que Watson se entere de su pasado, así que decide matar a Magnussen. Para ello, se cuela en su despacho privado y ultra seguro no sabemos cómo. Al mismo tiempo, mira qué casualidad, Sherlock y John están entrando también en el despacho de Magnussen, así que Mary ha tenido que entrar, golpear a la secretaria, llevarse a Magnussen desde su asiento a una habitación anexa y ponerlo de rodillas para pegarle un tiro en la cabeza en los cinco segundos que tardan los otros en subir. Perfecto.
-Sherlock se encuentra a Magnussen suplicando por su vida con una persona apuntándole. La asesina puede intentar huir, puede disparar al malo y huir; puede disparar a los dos; puede no disparar a nadie y dar la cara; puede disparar a Magnussen y dar la cara; puede herir a Magnussen... ¿Qué hace, entonces? Va y se gira, para que Sherlock descubra que es Mary, dispara a Sherlock y deja vivo a Magnussen. Muy bien.
-Ah, pero Mary en realidad no quería matar a Sherlock y le ha disparado ¿para disimular? justo en una zona que no es mortal... Luego Sherlock comenta que si la ambulancia llega cinco minutos más tarde hubiera muerto. Gracias, ¿eh, Mary?
-La excusa que dan para este comportamiento es que Mary no quiere incriminar a Watson si mata a Magnussen porque está en el despacho... ¿Cómo? ¿Por qué iba a incriminarle eso y no disparar a Sherlock? Es que no tiene ni pies ni cabeza.
-Y Sherlock matando a sangre fría a Magnussen... Bueno, esta acción delata simple y llanamente que el personaje de Sherlock Holmes no se comprende o no se quiere comprender.