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España España · Madrid
Voto de Looky:
9
Romance. Drama George Eastman (Montgomery Clift), un joven sin recursos, consigue un trabajo gracias a un pariente lejano, el rico industrial Charles Eastman (Herbert Heyes). El empleo es un puesto en su fábrica, pero tan modesto que le impide la entrada en su círculo social. A pesar de ello, el joven conoce a Ángela Vickens (Elizabeth Taylor), una bellísima aristócrata de la que se enamora. Pero George tiene novia, una humilde empleada de la fábrica, ... [+]
24 de abril de 2010
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
A Place in the Sun (1951) es un potente drama social y romántico del director y productor George Stevens. Afectado por un presupuesto ajustado, Stevens redujo sus planes ambiciosos pero ofreció, tal vez incluso para su propia sorpresa, una magníficamente diseñada y poderosamente sostenida obra de arte de cine.

Esta innovadora película en blanco y negro juega con las emociones del público haciéndoles participes pasivos atrapados en complicidad con la trágica resolución de la historia. Metódicamente, la película es estilísticamente oscura, casi con cualidades propias del cine negro, y sin embargo, tiene algunas de las secuencias más románticas y apasionadas jamás filmadas en la historia del cine (entre la radiante y joven Elizabeth Taylor y el fascinante y atribulado Montgomery Clift). El tema pone de relieve la amplia brecha entre la frivolidad de los ricos y la opresión y el fuera de lugar de los pobres, y de cómo el destino con mano dura puede llegar a controlar la vida de la gente. Un aspirante, al alza-móvil, y solitario protagonista de clase trabajadora con raíces evangélicas está obsesionado con salir adelante y con «conseguirlo». Se mezcla con una clase social diferente y superior a través de una apasionada relación amorosa con una bella muchacha rica, por lo que comienza a ascender en la escala social y profesional. Pero entonces se convierte en víctima de su entorno, de las circunstancias, de la sociedad de la época, y de la pérdida de su propia moral cuando impregna a una humilde, privada de sus derechos, poco independiente, y escueta compañera de trabajo.

Más que hábilmente, Stevens sostiene un impulso contundente y ominoso, sin dejarse interrumpir si siquiera por cualquier toque de ligereza. Atenuando así la veracidad compasivamente humana y real de la historia, dando lugar a un melodrama de primer orden. Las imágenes se disuelven lánguida y superpuestamente para intensificar la sensación de inevitabilidad, ya que cada escena, cada evento, se desliza disimuladamente hacia el siguiente. La cúspide del crescendo del film es manejado con una fuerte y tranquila seguridad - el ajuste de cuentas en un bote de remos en un lago desierto. El anochecer se reúne entre los pinos como si fuese niebla, los somorgujos (“loon” en inglés es un tipo de ave que también significa chiflado) se llaman los unos a los otros, y las olas ondulantes reflejan un destello en los ojos dementes de Clift mientras lucha con su conciencia. Winters lo machaca nerviosamente acerca de la triste vida que les espera mientras su cabeza nada entre luminosas visiones de la Taylor. Entonces, el destino llega… Romántica, pero no sentimental, seria, pero sin pretensiones, aprendedora sin descender en la manipulación, A Place in the Sun no solo se erige como una de las grandes obras maestras del cine americano sino que continúa siendo uno de los más lujosamente logrados interrogantes al sueño americano.
Looky
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