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Voto de cineclasico73:
8
Drama Elmer Gantry (Burt Lancaster) es un hombre atractivo, oportunista y absolutamente inmoral. Tras asistir, por casualidad, a una reunión religiosa, se da cuenta de lo fácil que es ganar dinero como predicador y se convierte a la religión Evangélica. Con la hermana Sharon Falconer (Jean Simmons) a su lado, Elmer pronuncia unos estremecedores sermones que le permiten conseguir fama y dinero. Pero un periodista (Arthur Kennedy) sigue sus ... [+]
24 de junio de 2014
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Enorme película donde Richard Brooks pone su sello en un tema controversial, no sólo en Estados Unidos, sino en todas partes y es el de la religión como negocio.Ojalá, de que los nuevos espectadores tengan el privilegio de la sorpresa, para degustar un guión coherente, bien llevado, con actuaciones memorables y una ambientación de finales de la década de los veinte cuidadosa, soportadas con una banda sonora ideal. Simplemente, para mí el film es la ratificación de ese monstruo del cine norteamericano de todos los tiempos como lo fue Burt Lancaster. Y es que el papel de Elmer Gantry, saca todo su potencial y fuerza, tradicionales en todas sus interpretaciones, pero que acá, le retribuiría con el premio mayor de la academia, con toda justicia. Secundado con la siempre linda y correcta Jean Simmons, conforman un dúo con una química evidente, haciendo que la historia, a pesar de ser polémica, tenga los matices necesarios para que su ritmo nunca decaiga en las más de las dos horas de duración. Igualmente, se destacan dos secundarios de lujo: Arthur Kennedy, ya con la respetabilidad y experiencia incuestionables y la bella Shirley Jones, dando vida a la prostituta que pone en aprietos al protagonista eje de la historia. Dura, realista, dramática, con un final inesperado, y con un argumento muy actual, ya que la fe de la gente es un botín de presa apetecido y desafortunadamente rentable, Elmer Gantry, a pesar de ser en principio un ser cínico que aprovecha la oportunidad para explotar su talento de encantador de serpientes, tiene un proceso de transformación ayudado por lo que siente hacia la hermana Sharon Falconer y ese es el mensaje final que se saca de todo ello, todo con las buenas maneras de un Lancaster en estado de gracia. Seguro que no deja indiferente para todo el que la ha visto y siempre lo será, además de agigantar al gran Burt aún más. Recomendable sin reparos.
cineclasico73
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