Impresionante y vertiginosa cinta la que nos presenta De la Iglesia. Desde el minuto uno nos regala una trepidante cinta, con un argumento de lo más absurdo, pero que consigue que no te puedas mover de la butaca en ningún momento. Y eso que la cinta en teoría, no es más que un triángulo amoroso entre dos payasos y una artista de circo, en la España franquista de inicios de los 70, y en un contexto dónde todo vale. De la Iglesia ha sabido crear un universo visualmente apabullante, con escenas que pasarán a a la historia (el inicio, con Santiago Segura cortando cabezas vestido de payaso, la etapa "entre lobos" de Areces, o el brillantísimo final en el valle de los caídos). Además, ha dotado a la cinta de un ritmo vertiginoso, que hace que disfrutes como nunca de la experiencia. Y sobre los actores, poca cosa que decir, Areces y De La Torre, están sublimes, y la chica pues está para lo que está, para enseñar cacho (no mucho, la verdad...). De la Iglesia, ha conseguido hacer su mejor cinta desde "El día de la bestia", ya que supera tanto a "La comunidad", a"800 balas", a "Crimen Ferpecto", o a la infame "Los crímenes de Oxford". Se nota que el cineasta está en su salsa, y que esto es lo que se le da bien.

Aunque hay que avisar, esta cinta no es para todos, ya que puedes odiarla o puedes amarla, nunca habrá un término intermedio. Tienes que saber que vas a ver, sino te puedes encontrar perdido entre tanta demencia.

Lo mejor: Los actores, y el ritmo. Y la sensación de que De la Iglesia ha vuelto a lo grande.
Lo peor: Mucha gente no la entenderá, y no se atreverá a entrar en ella.