Pocas novedades incorpora esta secuela de "Blancanieves" que ha tardado cuatro años en ver la luz y además dirigida por otro director que en esta ocasión es un tal Cedric Nicolas-Troyan en vez de Rupert Sanders. Bueno, yo la verdad es que no me arrepiento de haber ido a verla al cine, cosa que no hice con la primera parte del 2012, pero como aquella primera parte me gustó tanto cuando la vi después de alquilarla del videoclub pues no me lo pensé dos veces cuando me entere de que en el cine se iba a estrenar otro film del popular cuento de "Blancanieves".
Y no, no me ha decepcionado esta continuación, aunque eso si, te tiene que haber gustado bastante la anterior para que esta también te mole, ya que aunque indudablemente este nueva entrega de la archiconocida-saga es buena, no es muy distinta de la primera de hace cuatro años, así que si no te gustó demasiado la primera quizá no encuentres esta reciente segunda parte demasiado guay.

A mi me ha gustado, como no, aunque en la odiosa a la vez que inevitable comparación con la otra, es algo peor, que no decepcionante, pero si algo menos genial que la primera, así que ya sabes, tú mismo.