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Voto de Ferdydurke:
10
6,0
460
Drama. Thriller
Leonora, una prostituta de mediana edad, aún no ha asumido la pérdida de su hija. Un día, cree verla en el rostro de Cenci, una chica que conoce casualmente durante un trayecto en autobús por las calles de Londres. Leonora se da cuenta de que la chica, a su vez, la confunde a ella con su madre, pero acepta seguirle el juego con la intención de indagar sobre la persona que podría ser una reencarnación de su propia hija. (FILMAFFINITY)
23 de febrero de 2024
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los sonidos del silencio. Más hambre que un maestro de escuela. El regreso. Una broma macabra. Man on the moon.
El comienzo es deslumbrante asombroso alucinado soñado cuando juega con los sonidos, los ojos, los cuerpos, las casas, el vestuario, eso es cine y lo demás es cuento. Y después no ceja a pesar de que algo más hablan, nadie es perfecto.
Es Repulsión y Lolita y un cuento gótico de Shirley Jackson y Almodóvar y Henry James y Doctorow y La semilla del diablo y Carrie y una gozada visual sonora mayextática delicuescente delicada siniestra.
Ellas dos fascinan y la mirada de Losey, pese a algún exceso perdonable, es ampulosa, retorcida, retórica, ensimismada, relamida, clínica, cínica, ávida, devoradora, exquisita, sibarita, evocadora, esquinada, de una extremada belleza elegancia perversa.
Hipnotiza, explica y niega, pervierte, pervertida, cruda y poética loca, muy concreta y tan abstracta, una pesadilla hermosa sesenta.
Muy pop existencial torturada Antonioni Blow-Up nueva ola inglesa tradicional sórdida sugerente, del alcantarillas y buganvillas, sésamos y lirios, valles y delirios, de exceso y ensueño, de abandono, de sexo, culpa y tormento, histeria, riqueza y miseria, de Cazadores en la noche y nínfulas pavorosas juguetonas aterradoras seductoras, de putas más maduras y tías brujas, de casas encantadas, fantasmas y cosas recordadas, amarcord, el olvido que serás, mezquindad, imaginación y el mecanismo de la ficción, como si fuera de cuco un reloj, expuesto o en canal abierto, modelo para armar, es Un tranvía llamado deseo y De repente el último verano y Pinter por supuesto.
La psicología charcutera se transforma es mariposa ambigua y enferma, las convenciones, deseos o miedos en alada alquimia pictórica arquitectónica, el lobo, y Caperucita y El sirviente y las conversaciones como martirio y tentetieseo.
El comienzo es deslumbrante asombroso alucinado soñado cuando juega con los sonidos, los ojos, los cuerpos, las casas, el vestuario, eso es cine y lo demás es cuento. Y después no ceja a pesar de que algo más hablan, nadie es perfecto.
Es Repulsión y Lolita y un cuento gótico de Shirley Jackson y Almodóvar y Henry James y Doctorow y La semilla del diablo y Carrie y una gozada visual sonora mayextática delicuescente delicada siniestra.
Ellas dos fascinan y la mirada de Losey, pese a algún exceso perdonable, es ampulosa, retorcida, retórica, ensimismada, relamida, clínica, cínica, ávida, devoradora, exquisita, sibarita, evocadora, esquinada, de una extremada belleza elegancia perversa.
Hipnotiza, explica y niega, pervierte, pervertida, cruda y poética loca, muy concreta y tan abstracta, una pesadilla hermosa sesenta.
Muy pop existencial torturada Antonioni Blow-Up nueva ola inglesa tradicional sórdida sugerente, del alcantarillas y buganvillas, sésamos y lirios, valles y delirios, de exceso y ensueño, de abandono, de sexo, culpa y tormento, histeria, riqueza y miseria, de Cazadores en la noche y nínfulas pavorosas juguetonas aterradoras seductoras, de putas más maduras y tías brujas, de casas encantadas, fantasmas y cosas recordadas, amarcord, el olvido que serás, mezquindad, imaginación y el mecanismo de la ficción, como si fuera de cuco un reloj, expuesto o en canal abierto, modelo para armar, es Un tranvía llamado deseo y De repente el último verano y Pinter por supuesto.
La psicología charcutera se transforma es mariposa ambigua y enferma, las convenciones, deseos o miedos en alada alquimia pictórica arquitectónica, el lobo, y Caperucita y El sirviente y las conversaciones como martirio y tentetieseo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Cuando descubre la verdad (no le queda más remedio ni otra), muere, claro, no se puede soportar (en pie), como el caballero de la triste figura, por supuesto, ahí andamos.
Y la otra vuelve a su cubil ratonil a cantar y soñar y dormir. Y Humbert Humbert se desvanece entre sombras y tinieblas tan grotescas (su aparición como diablo cojuelo y su parrafada o monólogo diatriba contra la bruja vaca gorda ahí es nada es una maravilla literaria acrisolada, de orfebrería pieza escrita a mano tallada, con tanta sorna y mala uva, a lo que ella se presta, de insultos catarata, Elisabeta, porque es tan grande, inmensa).
Sobre héroes y tumbas y fuegos fatuos y pérdidas irreparables y ectoplasmas de día y de noche, identidades trastocadas, máscaras, carcasas, flores del mal, imperios devastados, dioses caídos y sus crepúsculos, religiones profanadas cavas tumbas, anacronismos, aneurismas, carnavaladas, felonías, fachadas, falsas apariencias y funciones teratologías de teatro del absurdo enclaustrado agorafóbico castillo encastillado La huella y Mankiewicz y el sursum corda.
Sí, joder, una puta obra maestra inaguantable irritante pesarosa paranoica demencial tediosa pretenciosa ridícula penosa pirotécnica conceptual y oligofrenia solo apta para gafapastas angloaburridos y otras malas hierbas románticas chuchurrías neurasténicas pelmas fumiga.
Cosas majas, caza mayor, cuando ella, la muñeca diabólica, la niña santa, Lucrecia, Borgia, representa/prepara la violación virginal, oh, himeneo, por parte, perpetrada, del sátiro ante la próxima llegada de su no madre, postiza, increíble performance, gloria, bendita de entre todas las hembras, se ha hecho mujer o tal vez, cuando ella, las travesuras de la niña mala, se preña, la bomba, el bombo como Rizzo, la virgen María a la contra sin pecado concebido, ipso facta, cuando la pobre puta (en brazos de la mujer) madura visita el nido de la serpiente, a las hidras en su guarida o cochiquera, donde ponen los huevos alienígenas, akelarre, en busca de ajustar cuentas y prevenir males futuros, cuando el viejo verde con barba de chivo como el diablo Silvia Pinal en Simón el estilta del desierto rapero cuenta sus andanzas y aventuras, industrias, opiniones y disquisiciones inquisiciones o vicisitudes y habla o cita pecados azules, rojos y violetas, orgía paleta de colores y luz y vida, de bocas de pez y de mujeres maternales opulentas con pechos de globos de perla más o menos, cuando las arpías se cuelan en la morada jaula dorada de la bestia niña y arramplan con tan malas mañas y santa hipocresía y las peores intenciones todas, de terror solteronas, reprimidas lascivias sublimadas emponzoñadas elucidadas espasmódicas a través del hurto y la usura y la avaricia y la maledicencia, se les hace la boca agua, la escena entera y verdadera de la limpieza de la casa con el piano mal sonando afinando de fondo, albricias, perfecta, los juegos/posiciones de los peones como en de ajedrez tablero o de la muerte danza de cada uno de ellos, necesidad y azar, la casa, las vidrieras, la iglesia, el barroquismo, Angela Davis, de todos los cuentos el de nunca acabar el cuento, Coover Robert, el hotel y la playa como de Muerte en Venecia o de Avanti popolo...
Mezcla de forma tan feliz lo más popular y coyuntural y de moda chic Dos en la carretera, no somos nada, con las más hondas enraizadas vitaminadas marcianadas genealogías de la moral literaria y artística o cinematográfica necrófila necrófaga, encrucijada, todos los caminos llevan al buen cine, se goza (como una marrana vaca que emite/muge ese justo sonido y algún otro más de gran placer igualmente), se palpa y huele y siente.
De caballos, vacas, ratones y muertes entre las flores de seres no tan fusiformes, exangüe, pérfidamente.
Y la otra vuelve a su cubil ratonil a cantar y soñar y dormir. Y Humbert Humbert se desvanece entre sombras y tinieblas tan grotescas (su aparición como diablo cojuelo y su parrafada o monólogo diatriba contra la bruja vaca gorda ahí es nada es una maravilla literaria acrisolada, de orfebrería pieza escrita a mano tallada, con tanta sorna y mala uva, a lo que ella se presta, de insultos catarata, Elisabeta, porque es tan grande, inmensa).
Sobre héroes y tumbas y fuegos fatuos y pérdidas irreparables y ectoplasmas de día y de noche, identidades trastocadas, máscaras, carcasas, flores del mal, imperios devastados, dioses caídos y sus crepúsculos, religiones profanadas cavas tumbas, anacronismos, aneurismas, carnavaladas, felonías, fachadas, falsas apariencias y funciones teratologías de teatro del absurdo enclaustrado agorafóbico castillo encastillado La huella y Mankiewicz y el sursum corda.
Sí, joder, una puta obra maestra inaguantable irritante pesarosa paranoica demencial tediosa pretenciosa ridícula penosa pirotécnica conceptual y oligofrenia solo apta para gafapastas angloaburridos y otras malas hierbas románticas chuchurrías neurasténicas pelmas fumiga.
Cosas majas, caza mayor, cuando ella, la muñeca diabólica, la niña santa, Lucrecia, Borgia, representa/prepara la violación virginal, oh, himeneo, por parte, perpetrada, del sátiro ante la próxima llegada de su no madre, postiza, increíble performance, gloria, bendita de entre todas las hembras, se ha hecho mujer o tal vez, cuando ella, las travesuras de la niña mala, se preña, la bomba, el bombo como Rizzo, la virgen María a la contra sin pecado concebido, ipso facta, cuando la pobre puta (en brazos de la mujer) madura visita el nido de la serpiente, a las hidras en su guarida o cochiquera, donde ponen los huevos alienígenas, akelarre, en busca de ajustar cuentas y prevenir males futuros, cuando el viejo verde con barba de chivo como el diablo Silvia Pinal en Simón el estilta del desierto rapero cuenta sus andanzas y aventuras, industrias, opiniones y disquisiciones inquisiciones o vicisitudes y habla o cita pecados azules, rojos y violetas, orgía paleta de colores y luz y vida, de bocas de pez y de mujeres maternales opulentas con pechos de globos de perla más o menos, cuando las arpías se cuelan en la morada jaula dorada de la bestia niña y arramplan con tan malas mañas y santa hipocresía y las peores intenciones todas, de terror solteronas, reprimidas lascivias sublimadas emponzoñadas elucidadas espasmódicas a través del hurto y la usura y la avaricia y la maledicencia, se les hace la boca agua, la escena entera y verdadera de la limpieza de la casa con el piano mal sonando afinando de fondo, albricias, perfecta, los juegos/posiciones de los peones como en de ajedrez tablero o de la muerte danza de cada uno de ellos, necesidad y azar, la casa, las vidrieras, la iglesia, el barroquismo, Angela Davis, de todos los cuentos el de nunca acabar el cuento, Coover Robert, el hotel y la playa como de Muerte en Venecia o de Avanti popolo...
Mezcla de forma tan feliz lo más popular y coyuntural y de moda chic Dos en la carretera, no somos nada, con las más hondas enraizadas vitaminadas marcianadas genealogías de la moral literaria y artística o cinematográfica necrófila necrófaga, encrucijada, todos los caminos llevan al buen cine, se goza (como una marrana vaca que emite/muge ese justo sonido y algún otro más de gran placer igualmente), se palpa y huele y siente.
De caballos, vacas, ratones y muertes entre las flores de seres no tan fusiformes, exangüe, pérfidamente.