Comedieta blandita. Sobre unos personajes que uno no sabe muy bien de dónde coño salen o nos los sacan, si son burgueses liberales, gente corriente con algún dinero o humildes ciudadanos como la mayoría (más bien no). Es decir, son presentados como "normales" (socio-económicamente), pero luego se manejan, tienen algunos detalles (opiniones, metros cuadrados habitables, compras, tonterías...), o comportan como pijos desclasados.
Y así todo. Que pretenden hablar del hoy día y parece que cuentan la vida en Marte o de la luna. Tanto las complicaciones* (ridículas) como las resoluciones** (imposibles) te distancian de esa posible cercanía con la que se juega, niegan esa identificación con la que, se supone, quieren jugar, te alejan de ese costumbrismo ralo y esperpento pueril que te muestran. No hay lugar a ponerse en sus zapatos y por lo tanto a sentir compasión o animadversión por esos personajes. Pero es que tampoco hay crítica de ningún tipo, tres o cuatro tópicos (la mujer, obsesionada, que se quiere casar, el viejo con alzheimer para variar -uno más y dejo de ver películas, lo juro por Maduro-, el patético cuarentón peterpanesco... ) con el único afán de enredarlos un poco para hacer unas gracias forzadas y nada más. Ni los personajes ni las situaciones obedecen ni remotamente a la realidad que se trata de tan perezosamente insinuar.
Solo hay cierto talento en una suave elegancia, humilde, que evita recurrir, salvo algún caso fallido, a las groserías/escatologías y a los aspectos que tienen que ver con los subrayados más sangrantes o descarados.
Y, por supuesto, los actores. Candela está enorme, muy brillante (en casi todas las escenas), Inma, bien como siempre, Pilar, igual, y Alberto repite por milésima vez un personaje que ya domina de sobra, de casting le viene al galgo, el de hombre completamente lamentable. Raúl más o menos con el mismo tono de casi todos sus personajes; correcto aunque soso y plano, listo pero demasiado seco, hablando entre dientes, como dormido.
Alterna cierto sopor con algún encanto. Es pochola. También tonta.
Bueno...