Gran película de entretenimiento. Bien hecha, dirigida e interpretada. Con un gran ritmo, una buena fotografía y una estupenda historia.
Todo es agradable. La protagonista es guapísima y muy buena actriz.
¿Rigor, verosimilitud? Lo justo.
¿Valor como denuncia? Una excusa, una coartada perfecta para colarnos un thriller cool sobre el romanticismo y la épica juvenil adaptada a los tiempos del miedo ecológico y el poder de internet.
Puesta al día de los tópicos de la contestación Mayo 68 vista por los americanos.
Todo ello como fondo que importa poco, la forma en este caso es la que manda, desde el reparto que parece salido de un desfile de modelos hasta el refugio donde conspiran, más propio de Caperucita que de un grupo de terroristas. Todo es forma (y gracias).
Buen espectáculo audiovisual, vacío pero bello, lo justo para soñar un poco. El cine como droga de calidad.
La trituradora del entretenimiento americano devorando temas, estéticas y corrientes en su afán de no quedarse atrás.