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Voto de Ferdydurke:
5
6,4
4.467
Thriller
Noureddine, un detective corrupto con un futuro brillante en el cuerpo de policía, y cuyo principal propósito no es exactamente hacer el bien sino hacerse rico, es enviado al hotel Nile Hilton, donde acaban de descubrir el cadáver de una hermosa mujer. La identidad de ésta, sus conexiones con las élites de El Cairo y otros incidentes más personales acabarán llevando a Noureddine a tomar decisiones trascendentales y a descubrirse a sí mismo. (FILMAFFINITY) [+]
19 de abril de 2018
26 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde el principio se ve claramente que no es solo una película policial, de investigación criminal. Se va más allá. Se pretende denunciar. La realidad estatal. A Mubarak como gerifalte principal. Y a todos los demás sinvergüenzas detrás. Corrupción abismal. De todos los estamentos del poder. Por lo que se ve. Judicial, policial y gubernamental.
Egipto. El Cairo es una olla a presión. A punto de estallar. No se puede respirar. De tanta maldad. Un espantoso cenagal. Sobornos, robos y saqueos como único remedio para todo, gran negocio y enorme trapicheo.
Cantantes que son prostitutas. Fotógrafos del pánico. Drogas a todas horas. Constructores asesinos. Sicarios fríos. Fiscales demenciales. Cargos policiales hasta arriba de abusos, chantajes y latrocinio. Y al fondo, los inmigrantes sudaneses. Una testigo inocente y un alcalde de barrio no tan bueno.
Si nos ceñimos a lo puramente argumentativo, a la investigación y sus numerosos meandros, el dictamen, la opinión, no puede ser muy generoso, es una historia confusa, arbitraria, indecisa, caótica. No se pierde el sentido en ningún momento, lo mollar se entiende, pero todo lo demás, los diferentes implicados, las pistas, sospechas, dudas, preguntas, encuentros, trifulcas, muertes, vaivenes, todo ese jaleo está mal explicado, es incongruente e incoherente la mayoría de las veces. Se hacen trampas constantemente y pasan cosas que se cortan o luego aparecen a la buena de Dios, sin una sucesión lógica de los acontecimientos.
Lo mismo que todo tiene un aire naíf, tosco, algo primario, brutalmente rudimentario.
Y en lo referido al contexto político histórico, más o menos parecido. Es un reflejo grueso, algo forzado y evidente, tanto crimen, de los manejos y enjundias de los poderes egipcios. Con la tensión asfixiante que se mascaba en el ambiente y que se plasmó durante la famosa primavera árabe.
El actor protagonista es una buena elección. A pesar de resultar algo tópica su representación, su carácter, esa mujer ausente, esa depresión sorda que le come, esa soledad angustiosa que le oprime, ese deseo muerto que quiere resucitar, ese anhelo de verdad y esperanza que aletea con pereza entre las ruinas de su derrota, metáfora del país entero. Físicamente da el tipo. Su desmesurada adicción al tabaco y su gesto cansado, escéptico y crítico son también aciertos. Él es el omnipresente protagonista. Los demás son ocasionales en comparación. Él es el antihéroe. El caballero andante que quiere salvar a las damas en peligro, matar a los dragones y liberarlas de las garras ominosas, y muy activas, de la muerte.
El resto de personajes son más breves. Con un villano colosal, un tío Kammal policial que ahí está, lleno de ambigüedad, un chaval pimpollo bastante tonto, alguna femme fatale y los demás, una paisaje lleno de niebla y desolación, pavor y estupidez, de horrible mediocridad.
Egipto. El Cairo es una olla a presión. A punto de estallar. No se puede respirar. De tanta maldad. Un espantoso cenagal. Sobornos, robos y saqueos como único remedio para todo, gran negocio y enorme trapicheo.
Cantantes que son prostitutas. Fotógrafos del pánico. Drogas a todas horas. Constructores asesinos. Sicarios fríos. Fiscales demenciales. Cargos policiales hasta arriba de abusos, chantajes y latrocinio. Y al fondo, los inmigrantes sudaneses. Una testigo inocente y un alcalde de barrio no tan bueno.
Si nos ceñimos a lo puramente argumentativo, a la investigación y sus numerosos meandros, el dictamen, la opinión, no puede ser muy generoso, es una historia confusa, arbitraria, indecisa, caótica. No se pierde el sentido en ningún momento, lo mollar se entiende, pero todo lo demás, los diferentes implicados, las pistas, sospechas, dudas, preguntas, encuentros, trifulcas, muertes, vaivenes, todo ese jaleo está mal explicado, es incongruente e incoherente la mayoría de las veces. Se hacen trampas constantemente y pasan cosas que se cortan o luego aparecen a la buena de Dios, sin una sucesión lógica de los acontecimientos.
Lo mismo que todo tiene un aire naíf, tosco, algo primario, brutalmente rudimentario.
Y en lo referido al contexto político histórico, más o menos parecido. Es un reflejo grueso, algo forzado y evidente, tanto crimen, de los manejos y enjundias de los poderes egipcios. Con la tensión asfixiante que se mascaba en el ambiente y que se plasmó durante la famosa primavera árabe.
El actor protagonista es una buena elección. A pesar de resultar algo tópica su representación, su carácter, esa mujer ausente, esa depresión sorda que le come, esa soledad angustiosa que le oprime, ese deseo muerto que quiere resucitar, ese anhelo de verdad y esperanza que aletea con pereza entre las ruinas de su derrota, metáfora del país entero. Físicamente da el tipo. Su desmesurada adicción al tabaco y su gesto cansado, escéptico y crítico son también aciertos. Él es el omnipresente protagonista. Los demás son ocasionales en comparación. Él es el antihéroe. El caballero andante que quiere salvar a las damas en peligro, matar a los dragones y liberarlas de las garras ominosas, y muy activas, de la muerte.
El resto de personajes son más breves. Con un villano colosal, un tío Kammal policial que ahí está, lleno de ambigüedad, un chaval pimpollo bastante tonto, alguna femme fatale y los demás, una paisaje lleno de niebla y desolación, pavor y estupidez, de horrible mediocridad.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
El final es bueno. Cuando se fusionan de verdad el nefando aspecto criminal y el estallido de hartazgo de la población en general.
Cierra en paradoja. El policía bueno, redimido, que ha intentado luchar por un bien efímero, es golpeado salvajemente por la multitud que lo confunde/señala como ejemplo de la represión del sistema, de su infinita vileza y desvergüenza.
El malvado poderoso sale huyendo. El tío corrupto se queda con el dinero. La pobre africana, en medio de la nada. El finalmente honrado policía, vapuleado. El chaval, torturado. Las bellas damas, asesinadas. Y el país que se cae a pedazos, aunque emerge, no se conforma, se levanta.
Película estimulante, simpática pese a su crudeza, interesante pero a medias, no del todo. Le falta cuajo, madurez, experiencia, una mayor cohesión entre los diferentes elementos.
Merece la pena como rareza apreciable que no levanta el vuelo pero tiene buen resuello.
La dirección es correcta y los escenarios reales son fundamentales. Aportan la información necesaria.
El título español hace clara alusión a la película del año 1997, "L.A. Confidential", con la que se podría emparentar felizmente si le sumásemos otro título clásico del genero en este caso europeo, me refiero a la obra de Pietro Germi de 1959, "Un maldito embrollo". Esta película sueca bebe de los tópicos más queridos del cine negro y a la vez participa de un aire documental, casi "neorrealista", es, por tanto, por un lado evasivamente estilizada y por el otro quirúrgicamente incisiva.
Cierra en paradoja. El policía bueno, redimido, que ha intentado luchar por un bien efímero, es golpeado salvajemente por la multitud que lo confunde/señala como ejemplo de la represión del sistema, de su infinita vileza y desvergüenza.
El malvado poderoso sale huyendo. El tío corrupto se queda con el dinero. La pobre africana, en medio de la nada. El finalmente honrado policía, vapuleado. El chaval, torturado. Las bellas damas, asesinadas. Y el país que se cae a pedazos, aunque emerge, no se conforma, se levanta.
Película estimulante, simpática pese a su crudeza, interesante pero a medias, no del todo. Le falta cuajo, madurez, experiencia, una mayor cohesión entre los diferentes elementos.
Merece la pena como rareza apreciable que no levanta el vuelo pero tiene buen resuello.
La dirección es correcta y los escenarios reales son fundamentales. Aportan la información necesaria.
El título español hace clara alusión a la película del año 1997, "L.A. Confidential", con la que se podría emparentar felizmente si le sumásemos otro título clásico del genero en este caso europeo, me refiero a la obra de Pietro Germi de 1959, "Un maldito embrollo". Esta película sueca bebe de los tópicos más queridos del cine negro y a la vez participa de un aire documental, casi "neorrealista", es, por tanto, por un lado evasivamente estilizada y por el otro quirúrgicamente incisiva.