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Voto de Ferdydurke:
2
8,0
167.568
Drama
Después de haber entrenado y representado a los mejores púgiles, Frankie Dunn (Eastwood) regenta un gimnasio con la ayuda de Scrap (Freeman), un ex-boxeador que es además su único amigo. Frankie es un hombre solitario y adusto que se refugia desde hace años en la religión buscando una redención que no llega. Un día, entra en su gimnasio Maggie Fitzgerald (Swank), una voluntariosa chica que quiere boxear y que está dispuesta a luchar ... [+]
22 de noviembre de 2016
17 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
Empecemos a lo bruto, directos al mentón: la trama no se sostiene por ningún lado, inverosímil o increíble sería decir poco o quedarse corto. Más o menos se sigue por el oficio narrativo, la presencia del "eterno ceño fruncido" Eastwood (estaba estupendo a sus setenta y cuatro), la serenidad venerable de Freeman (ojo de cristal mediante) y esa épica melancólica que la voz narradora urde con tesón y buenas formas. Pero la historia es intragable, maniquea, truculenta y tremendista; imposible suma de miserias, banalidades y enormidades.
Sigamos con un gancho (sí, no estamos muy inspirados, la metáfora es rala, obvia): no es que sea un entendido del o sobre el brutal y noble arte del boxeo, pero en este caso cualquier parecido con la realidad es mera chufla, da igual que sean chicas, chicos o plantas carnívoras, hay unas básicas reglas que se siguen y se respetan, se dan por hecho, para que el asunto en cuestión tenga un mínimo sentido, especialmente cuando el nivel de competición es tan alto (un campeonato del mundo nada menos). Esa representación chusco-grotesca, que más parece pelea de gatas drogadas, no hay cuerpo que la soporte ni ninguna sensibilidad que la pueda echar el ojo. Por favor, codazos, empujones, golpes bajos..., solo faltaron patadas voladoras, escupitajos y la postura de la grulla para que aquello fuera ya definitivamente el carnaval de Río (con virus zika presente) o una versión salerosa del pressing catch más psicótico-estupefaciente.
Seguimos con el juego de pies. A oscuras todo el rato y con musiquita enternecedora, bien, esa fórmula le gusta, pero abusa, es pintona pero aquí ya es demasiado. Parecieran rácanos ahorrando para pagar el recibo de la luz (que sí que está muy caro, así es, pero esto es Hollywood nada menos, tito Clint).
Se acabó el combate: ese final no está mal*, todo lo anterior sí; la mezcla de lirismo en la derrota con la voluntad de superación estilo fantasmada americanada más bella literatura de Yeats ("la paz gotea lentamente") más basura blanca terminal (parásitos infectos que viven de lo público y no tienen o conocen la conciencia ni la vergüenza, así nos los muestran por lo menos) más Peligro, todo junto fue una locura ignominiosa, no cuajó de ninguna manera; una película abrupta, cruda, excesiva, efectista y desagradable. Mal, realmente.
Sigamos con un gancho (sí, no estamos muy inspirados, la metáfora es rala, obvia): no es que sea un entendido del o sobre el brutal y noble arte del boxeo, pero en este caso cualquier parecido con la realidad es mera chufla, da igual que sean chicas, chicos o plantas carnívoras, hay unas básicas reglas que se siguen y se respetan, se dan por hecho, para que el asunto en cuestión tenga un mínimo sentido, especialmente cuando el nivel de competición es tan alto (un campeonato del mundo nada menos). Esa representación chusco-grotesca, que más parece pelea de gatas drogadas, no hay cuerpo que la soporte ni ninguna sensibilidad que la pueda echar el ojo. Por favor, codazos, empujones, golpes bajos..., solo faltaron patadas voladoras, escupitajos y la postura de la grulla para que aquello fuera ya definitivamente el carnaval de Río (con virus zika presente) o una versión salerosa del pressing catch más psicótico-estupefaciente.
Seguimos con el juego de pies. A oscuras todo el rato y con musiquita enternecedora, bien, esa fórmula le gusta, pero abusa, es pintona pero aquí ya es demasiado. Parecieran rácanos ahorrando para pagar el recibo de la luz (que sí que está muy caro, así es, pero esto es Hollywood nada menos, tito Clint).
Se acabó el combate: ese final no está mal*, todo lo anterior sí; la mezcla de lirismo en la derrota con la voluntad de superación estilo fantasmada americanada más bella literatura de Yeats ("la paz gotea lentamente") más basura blanca terminal (parásitos infectos que viven de lo público y no tienen o conocen la conciencia ni la vergüenza, así nos los muestran por lo menos) más Peligro, todo junto fue una locura ignominiosa, no cuajó de ninguna manera; una película abrupta, cruda, excesiva, efectista y desagradable. Mal, realmente.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
* ¿Desaparecer en la noche?, vale, mejor huir en la oscuridad que afrontar mi juicio crítico, lo entiendo y perdono.
Nos centramos:
- Tiene treinta y un años y ni puta idea de nada en lo referido al boxeo, con lo que a lo sumo, con bastante suerte y tirando por lo alto, podría lograr alguna pelea profesional y ya está, todos felices y camareros (viviendo de las propinas). De acuerdo. Pero que en poco más de un año pelee por, y merezca, vive Dios, el título mundial después de destrozar a todo el mundo o dios, en fin..., danos paciencia, señor.
- Mo cuishle. Como recurso es hermoso en su utilización final. Pero que no supiera lo que quería decir después de tanto tiempo...
- ¿No se podía haber tenido un poco más de tacto en el retrato de los familiares? O dicho de otro modo: ¿no encontraron gente menos zarrapastrosa, insensible, cruel, salvaje, inhumana, abyecta, aberrante... ? ¿Y los tonos grises y el puto punto medio? Nada, o muy buenos; ella es una santa, generosa, lúcida, valiente, superdotada, decidida, disciplinada; el Clint, a pesar de sus modos y miedos, lo mismo, todo honradez y buen corazón; el Morgan, igual, humilde, tierno, sabio, dadivoso, comprensivo, piadoso...; o espantosamente horrorosos; toda la familia, el bobo negro del gimnasio... Quizás el primer boxeador del principio de la historia era medio normal. Pero Peligro también es otro santo inocente. Y la boxeadora rival.., madre del amor hermoso, ex prostituta (aquí relacionan semejante ocupación más o menos común con una de las formas del mal puro) en el Berlín Oriental (ni hablar de esa zona, qué miedo) y asesina gozadora, solo les faltó añadir que ella lanzó la bomba de Hiroshima mientras comía bebés recién nacidos del matrimonio formado por Gandhi y la madre Teresa de Calcuta (boda oficiada por el Papa Francisco que es otro santo).
- ¿Y esa caída traicionera en la que se parte la columna? Hombre, Clint, que ni en Scary Movie se atreverían a tanto.
- ¿Y esa hija silente? Con lo buenísimo y culto que es el padre. Todo sea para que Clint y Hilary puedan cubrir sus respectivas carencias paterno filiales.
Y acabo con una triste confesión: en su día me gustó esta cosa película. Se ve que uno con los años se vuelve malo y necio, que del peligro se pasa al miedo.
Nos centramos:
- Tiene treinta y un años y ni puta idea de nada en lo referido al boxeo, con lo que a lo sumo, con bastante suerte y tirando por lo alto, podría lograr alguna pelea profesional y ya está, todos felices y camareros (viviendo de las propinas). De acuerdo. Pero que en poco más de un año pelee por, y merezca, vive Dios, el título mundial después de destrozar a todo el mundo o dios, en fin..., danos paciencia, señor.
- Mo cuishle. Como recurso es hermoso en su utilización final. Pero que no supiera lo que quería decir después de tanto tiempo...
- ¿No se podía haber tenido un poco más de tacto en el retrato de los familiares? O dicho de otro modo: ¿no encontraron gente menos zarrapastrosa, insensible, cruel, salvaje, inhumana, abyecta, aberrante... ? ¿Y los tonos grises y el puto punto medio? Nada, o muy buenos; ella es una santa, generosa, lúcida, valiente, superdotada, decidida, disciplinada; el Clint, a pesar de sus modos y miedos, lo mismo, todo honradez y buen corazón; el Morgan, igual, humilde, tierno, sabio, dadivoso, comprensivo, piadoso...; o espantosamente horrorosos; toda la familia, el bobo negro del gimnasio... Quizás el primer boxeador del principio de la historia era medio normal. Pero Peligro también es otro santo inocente. Y la boxeadora rival.., madre del amor hermoso, ex prostituta (aquí relacionan semejante ocupación más o menos común con una de las formas del mal puro) en el Berlín Oriental (ni hablar de esa zona, qué miedo) y asesina gozadora, solo les faltó añadir que ella lanzó la bomba de Hiroshima mientras comía bebés recién nacidos del matrimonio formado por Gandhi y la madre Teresa de Calcuta (boda oficiada por el Papa Francisco que es otro santo).
- ¿Y esa caída traicionera en la que se parte la columna? Hombre, Clint, que ni en Scary Movie se atreverían a tanto.
- ¿Y esa hija silente? Con lo buenísimo y culto que es el padre. Todo sea para que Clint y Hilary puedan cubrir sus respectivas carencias paterno filiales.
Y acabo con una triste confesión: en su día me gustó esta cosa película. Se ve que uno con los años se vuelve malo y necio, que del peligro se pasa al miedo.