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Voto de Ferdydurke:
6
29 de mayo de 2020
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Barroco freudiano. Rococó jungiano.
No es cine, es psicoanálisis. No hay tal bosque, es el inconsciente colectivo, no son gritos, son los alaridos de la estirpe, la llamada salvaje de la sangre y la muerte, el desván atávico del instinto, el tenebroso sótano de las pasiones, todo lo oscuro y carcomido, lo que se pudre y no se nombra, la región de lo desconocido, el tiempo detenido, la pesadilla, todo lo negro, el sexo primigenio, el fango, el pantano ponzoñoso primero, el agua, las babas, el diablo, los peces, los lagartos, los dinosaurios, la sopa originaria, el puré inefable, el comienzo de esto, el principio y el fin, el espacio y el tiempo, en fin, el inconsciente negado, severamente reprimido.
La película es una terapia para almas atormentadas, es un proceso de liberación, la verbalización de pecados nefandos, de crímenes ocultos, de hechos atroces, horrendos nombres.
Más allá de la civilización está el bosque, y dentro del bosque está la casa roja, supurando sangre y destrucción, corazón delator, infierno enervado, de llamas encrespadas sedientas de almas.
Fuego como purificación destructiva y agua como nacimiento y muerte, líquido amniótico y océano al que van a dar todos los mares.
Psiquiatría lírica, thriller ruralmente perturbado, de donde beben todos los psicópatas que en el mundo han sido. "Viernes 13", "Ed Gein", "La matanza de Texas", "El bosque", "La bruja". América como pesadilla nacida sobre un infinito reguero de cadáveres y crímenes, fanatismo religioso puritano y el pasado como culpa.
Es represión en estado puro, tabú, regresión, incesto, asesinato, padres e hijos, hermanos y hermanas compartiendo el mismo lecho, pederastia, locura, espanto, todo lo malo, zumo del diablo concentrado, siniestro, simiente de sexo.
Es una película revulsiva, satánica, es Lynch sin procesar, en estado puro, salvaje, sin Dios, es una película que narra la vida antes de la creación. Es tan simbólica y mitológica que parece infantil (Frankenstein con la niña en el río), un cuento de terror que se le cuenta al niño para que no se vaya al peligro, para que no explore el mal todavía, para ocultarle el espanto adulto, el mal de la carne y el mundo, pócimas y desgracias, brujas y conjuros.
Es tan virulenta que parece un cuadro expresionista. Donde se juntan lo macabro y lo pueril.
Es un retablo de santos agonizantes. Son los siete pecados capitales. Es el mal esta película. Perversión, posesión, laceración. Abominación, engendro, misa negra, conciliábulo diabólico, el anticristo, el paraíso perdido. Habla del Edén y de cómo el hombre lo echó todo a perder, comió del árbol de la ciencia, probó la manzana prohibida y encontró la maldición. La caída, la degradación, la decadencia, la reproducción.
La Biblia y el cine, qué más quieres.
No es cine, es psicoanálisis. No hay tal bosque, es el inconsciente colectivo, no son gritos, son los alaridos de la estirpe, la llamada salvaje de la sangre y la muerte, el desván atávico del instinto, el tenebroso sótano de las pasiones, todo lo oscuro y carcomido, lo que se pudre y no se nombra, la región de lo desconocido, el tiempo detenido, la pesadilla, todo lo negro, el sexo primigenio, el fango, el pantano ponzoñoso primero, el agua, las babas, el diablo, los peces, los lagartos, los dinosaurios, la sopa originaria, el puré inefable, el comienzo de esto, el principio y el fin, el espacio y el tiempo, en fin, el inconsciente negado, severamente reprimido.
La película es una terapia para almas atormentadas, es un proceso de liberación, la verbalización de pecados nefandos, de crímenes ocultos, de hechos atroces, horrendos nombres.
Más allá de la civilización está el bosque, y dentro del bosque está la casa roja, supurando sangre y destrucción, corazón delator, infierno enervado, de llamas encrespadas sedientas de almas.
Fuego como purificación destructiva y agua como nacimiento y muerte, líquido amniótico y océano al que van a dar todos los mares.
Psiquiatría lírica, thriller ruralmente perturbado, de donde beben todos los psicópatas que en el mundo han sido. "Viernes 13", "Ed Gein", "La matanza de Texas", "El bosque", "La bruja". América como pesadilla nacida sobre un infinito reguero de cadáveres y crímenes, fanatismo religioso puritano y el pasado como culpa.
Es represión en estado puro, tabú, regresión, incesto, asesinato, padres e hijos, hermanos y hermanas compartiendo el mismo lecho, pederastia, locura, espanto, todo lo malo, zumo del diablo concentrado, siniestro, simiente de sexo.
Es una película revulsiva, satánica, es Lynch sin procesar, en estado puro, salvaje, sin Dios, es una película que narra la vida antes de la creación. Es tan simbólica y mitológica que parece infantil (Frankenstein con la niña en el río), un cuento de terror que se le cuenta al niño para que no se vaya al peligro, para que no explore el mal todavía, para ocultarle el espanto adulto, el mal de la carne y el mundo, pócimas y desgracias, brujas y conjuros.
Es tan virulenta que parece un cuadro expresionista. Donde se juntan lo macabro y lo pueril.
Es un retablo de santos agonizantes. Son los siete pecados capitales. Es el mal esta película. Perversión, posesión, laceración. Abominación, engendro, misa negra, conciliábulo diabólico, el anticristo, el paraíso perdido. Habla del Edén y de cómo el hombre lo echó todo a perder, comió del árbol de la ciencia, probó la manzana prohibida y encontró la maldición. La caída, la degradación, la decadencia, la reproducción.
La Biblia y el cine, qué más quieres.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Al final todo seguirá igual, se perpetuarán y con ellos todo el mal.
Aquello por momentos parecía una orgía camp ("Picnic"), una película porno campesina de granjeros enhiestos, damiselas perversas y sol a plomo.
O quizás cine mudo, bello, el cuadro de la anunciación, cuando el ángel baja del cielo para dar la buena nueva. O tal vez es en verdad el ángel exterminador que se refocila en su maldad y predice el inevitable final.
Qué guapa es la chavalada y qué grandes son Robinson and Anderson.
Milton y Blake. Cormac McCarthy y Shakespeare.
Espejismo, el infierno al mediodía. Donde Rip van Winkle se durmió para volver tantos años después.
"La letra escarlata", "Las brujas de Salem", el macartismo, la amenaza comunista (el peligro rojo), el white trash, el rifle y la sagrada escritura, Charlton Heston, las montañas rocosas, el "Niagara" y Marilyn Monroe, Hedy Lamarr desnudándose por primera vez, "El manantial de la doncella", "Pozos de ambición", "El fuego y la palabra", Burt Lancaster como enloquecido predicador, la liga antialcohólica, Peckinpah y "El silencio de los corderos", "A sangre fría" y Capote, Shyamalan, "El cabo del miedo", "Heredarás la tierra", "Los otros" "¿Qué fue de los Morgan/Mulvaney?".
Todo queda lejos.
Como si despertaras tras un mal sueño, lleno de un odio sereno, de una extraña placidez, de una alegría callada, indeleble.
Aquello por momentos parecía una orgía camp ("Picnic"), una película porno campesina de granjeros enhiestos, damiselas perversas y sol a plomo.
O quizás cine mudo, bello, el cuadro de la anunciación, cuando el ángel baja del cielo para dar la buena nueva. O tal vez es en verdad el ángel exterminador que se refocila en su maldad y predice el inevitable final.
Qué guapa es la chavalada y qué grandes son Robinson and Anderson.
Milton y Blake. Cormac McCarthy y Shakespeare.
Espejismo, el infierno al mediodía. Donde Rip van Winkle se durmió para volver tantos años después.
"La letra escarlata", "Las brujas de Salem", el macartismo, la amenaza comunista (el peligro rojo), el white trash, el rifle y la sagrada escritura, Charlton Heston, las montañas rocosas, el "Niagara" y Marilyn Monroe, Hedy Lamarr desnudándose por primera vez, "El manantial de la doncella", "Pozos de ambición", "El fuego y la palabra", Burt Lancaster como enloquecido predicador, la liga antialcohólica, Peckinpah y "El silencio de los corderos", "A sangre fría" y Capote, Shyamalan, "El cabo del miedo", "Heredarás la tierra", "Los otros" "¿Qué fue de los Morgan/Mulvaney?".
Todo queda lejos.
Como si despertaras tras un mal sueño, lleno de un odio sereno, de una extraña placidez, de una alegría callada, indeleble.