El francés Nicolas Vanier (1962) ha hecho de su interés por la naturaleza su leitmotiv vital y artístico. Aventurero consagrado, traduce sus experiencias al papel, proyectos sociales varios y a la pantalla en un cine "ecologista", blanco, bienintencionado, de una simplicidad en sus planteamientos que apela directamente al sentimentalismo para toda la familia con el noble fin de remover conciencias y fomentar el amor y el respeto por la naturaleza. Bienvenido sea este bálsamo en plena extinción masiva que estamos provocando de dicha naturaleza. Y malvenidos ciertos aspectos controvertidos en algunos de los proyectos del propio director que no parecen casar con lo que predica.

"La escuela...", nos remite en tono semi autobiográfico a la infancia del propio director en la región central de Sologne en Francia, con una estructura decimonónica de folletín dickensiano, donde un niño aprenderá en un verano antes de incorporarse a la escuela reglada, que la vida puede enseñarle cosas mucho más importantes sobre todo para su espíritu.

Con una cuidada producción y una bella fotografía, es el plantel de actores el que , de forma notable, hace suya la película, volviéndola entrañable consiguiendo que empaticemos con aquellos otros seres animales y vegetales con los que compartimos planeta.

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