La verdad es que si uno lo mira con un mínimo de perspectiva lo que ocurrió en 1986 en Chernobyl no es más que un "pequeño" acelerón en la destrucción masiva  suicida que el homo sapiens sapiens viene ejecutando de forma sistemática y metódica del planeta que habita y los seres que lo acompañan, desde que consiguió caminar erecto. Acelerón que se suma al exceso de velocidad destructiva que la revolución industrial trajo consigo y que ha forzado el cambio climático hacia un precipicio sin retorno. La contaminación radioactiva que se produjo con la explosión del reactor nuclear nos sobrevivirá como especie.

Lo cuenta esa cadena, HBO, que ha liderado las mejores propuestas del resurgir de  la ficción en una televisión tan decrépita y llena de mentiras como la central de la extinta URSS. Y lo cuenta con detalle, con una producción impecable al igual que el elenco actoral que la protagoniza. Didáctica y emotiva, sus creadores manejan los resortes dramáticos con eficacia y mesura aunque no podemos caer en el error de olvidar que se encorseta dentro de los limites de una propuesta de ficción. Hasta los propios rusos le han dado el visto bueno.

Miles de hombres, animales y plantas pagaron y seguirán pagando el precio de dejar que "los niños" jueguen con el fuego sagrado. La inconsciencia, la ineptitud, la corrupción, la política tal como la ejercen los humanos, las mentiras..., fueron el detonante inevitable. Con toda seguridad las cosas fueron y tuvieron momentos peores que los que nos muestra la serie al igual que las consecuencias a futuro pero es más que suficiente para una toma de conciencia que en su mayoría durará desgraciadamente lo que dura el engancharse a otra serie. Debería proyectarse en  todos los institutos, con los consiguientes foros de reflexión.

cineziete.wordpress.com