A todas luces el Diablo no es otro que John Huston y la burla o broma más que otra cosa, es, siendo bien pensados una autoparodia de sus películas de cine negro, una ¿comedia? si es que a uno le hacen gracia los chistes más o menos ingeniosos metidos con calzador y sobre la marcha de un señor tan brillante como Truman Capote al que Huston le invitó a la fiesta. Al que a la postre no le debió hacer mucha gracia fue a Bogart que producía y palmó dinero con el fracaso de esta ocurrencia que le coló el propio Huston. Bogart a parte de romperse los piños durante el rodaje (dicen que en algunas escenas le dobló nada menos que Peter Sellers imitando su voz) debió aprender que por mucho que él y Huston le dieran a la botella y a las cartas entre toma y toma no siempre sale "La reina de África".

Así pues considerada como una extravaganza, como una salida atípica de tono, como un divertimento del genial director, "La burla..." es una rara pieza de coleccionismo cinéfilo guardada en el cajón de los trastos por unos y ensalzada en una vitrina propia por otros.
Si somos capaces de prescindir de la mitomanía y del espantoso estado de conservación de las copias que quedan, el resultado es una idea original, con una gran reparto que se lo pasaron en grande fuera del rodaje y poco más. 

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