Ken Marino es un buen actor de comedia pero cuando esta limitado, es decir, hace de un personajes secundario o un cameo puntual y la clava pero cuando le dan tanto protagonismo poniéndolo de personaje principal empieza a ser repetitivo y sus "herramientas" cómicas, muy poco risorias. Del reparto realmente se salva el hijo pequeño de la familia, que tiene mucha "chicha" y con sus tonterías momentáneas y sus escenas sorpresivas pues alguna sonrisilla puede sacar pero poco más. El resto del reparto juvenil también tiene potencial pero en esta película se limitan a un par de momentos buenos pero muy cortos. La historia es muy típica dentro del cine de comedia en el que le gustan meter su parte de acción, que para mi, es una fusión muy buena, siempre y cuando se haga bien claro. Los momentos de comedia y humor destacan por gags y clichés típicos y fáciles de este género de cine. Aunque he de decir que las dos escasas escenas de pelea que hay están muy bien, no es nada del otro mundo, pero para ser incluida tanta calidad de esto, en una película comediante del montón tirando a mala, pues hay que comentarlo, pienso yo.