La verdad es que no sabía que esperar, había visto la segunda parte y no la recuerdo por nada especial aunque creo que tampoco era tan horrorosa como, por ejemplo, «Fantasmas de Marte» o «La noche de Halloween» así que como quería ver una de ciencia ficción y acción me dispuse a ver esta.

La película no se estanca en ningún momento, es como en un videojuego, si te estancas o te bloqueas el truco es seguir siempre hacia adelante. Los efectos sí se notan ya anticuados, pero me refiero a la escena del principio con esos ordenadores tan de estética de los ochenta porque tampoco es que haya demasiados efectos especiales y si los hay yo no los noté especialmente llamativos, ni para bien ni para mal.

Los actores igual, ni bien ni mal ni peor, todos hacen bien su papel. Conozco a Russel, a Brain o Cerebro —no sé su nombre— a Isaac Hayes, cantante de soul muy famoso y que es el que ponía la voz al personaje de Chef en «Southpark» —siempre recordaré con nostalgia su canción «Salty Balls»—. Y poco más, me suena el bigotes que sale al final que no sé si sale más porque no me acuerdo.

Me recuerda un poco a ese engendro, que a mí me gustó pero reconozco que es una hija bastarda de muchas películas, cual Freddy Krueguer de mil enfermos mentales, llamada «Doomsday: El día del juicio» (2008), en la que sale Malcolm McDowell por cierto. Por lo menos no es aburrida así que un cinco le pongo.