Garfield y Turner hacen que la pantalla arda en este crispante drama sobre dos amantes cuyos problemas no han echo más que empezar cuando eliminan al marido (Kellaway) de ella.

A pesar de que hubo quejas de que se habían cambiado muchas cosas en relación al relato original de James M. Cain (principalmente porque se temía que el film no pasaría la censura), se trata de una intensa y fantástica película, bajo mi punto de vista bastante mejor que la versión de 1981, a pesar de que ésta es más explícita. La misma trama había sido filmada ya en dos ocasiones, en Francia y en Italia.