Está claro que cuando se trata de destrozar nuestro pasado, nuestra maravillosa infancia, los productores no tienen límites en la era de los remakes y las secuelas innecesarias. Ya lo demostró Disney con ‘Mulan’, que era un “todo por la pasta” bien alto y claro, así que Warner rebuscó en su filmoteca hasta encontrar un caso parecido.

Puede que ‘Space Jam’ no fuese una de sus mejores películas, pero sí que es una de la que mejor recuerdo se guarda. Esa fantástica combinación de deportista de élite al servicio de los más pequeños y rodeado de los ídolos Looney Tunes dio como resultado una de las películas más entrañables y divertidas que recuerdo.

Ahora, se decide realizar una secuela que actualice la original, con el único jugador de baloncesto del mundo capaz de hablar tú a tú con Jordan. LeBron se presta a la jugada esperando a que le salga tan bien como a Michael… y no. Mira que no me gusta comparar, pero aquí se hace demasiado sangrante ver la original y ver esta bazofia. Si algo define perfectamente ‘Space Jam: Nuevas leyendas’ es la de actualización desechable.

No os imagináis el esfuerzo que hice para intentar que esto me gustase, pero por más vueltas que le daba a todo, enseguida se desmoronaba. Ahí estaban Bugs, el pato Lucas y compañía divagando por la pantalla, haciendo chistes sin gracia por culpa de un guión muy mal trabajado.

¿LeBron? es mejor que se vaya a hacer canastas, porque lo que es actuar se le da bastante mal. Espero que Don Cheadle se haya embolsado un buen pastizal por semejante trabajo y que, a partir de ahora, se dedique a cosas más serias. ¿El cameo sorpresa? Es un auténtico chiste sin gracia.

¿La trama? Es para pegarse un tiro. Entiendo que no quisiesen repetir la fórmula, pero es que no hay por dónde agarrar este supuesto viaje a las entrañas de Warner Bros, con continuas parodias forzadas a los éxitos más recientes (dudo mucho que los niños entiendan ciertas referencias y que a los mayores les haga gracia). Mención especial merece ese “público” digno de fiesta de disfraces de primaria, que quiere funcionar como cameos del Agente Smith, los caminantes blancos o Pennywise y que copan las primeras filas del estadio. Dan vergüenza ajena en una producción como esta.

Si verla en versión original ya es un suplicio, no me imagino cómo será con el doblaje de Lola Índigo. Así que, mejor, vamos a fingir que esto nunca ha sucedido y a olvidarlo rápido. El mejor consejo que podéis recibir es que vayáis a cualquier otra proyección con vuestros hijos.

Eso es todo amigos.

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