El señor Anderson se nos ha puesto tierno. Será que se está volviendo mayor, pero creo que ha querido recordar un antiguo amor de juventud y, así, es como ha nacido ‘Licorice Pizza’, una bonita nueva cinta del director en el que un chico (Hoffman), un adolescente en plena pubertad conoce a una chica mayor que él (Haim) y se enamora hasta las trancas. El caso es que la chica se encuentra muy cómoda a su lado, aunque sabe que, por la diferencia de edad, no está bien que los vean juntos.

Situando la acción en los años 70, con una ambientación muy lograda, la película fluye por el camino que Anderson quiere, mostrándonos las desventuras de la extraña pero simpática pareja en la que lo fundamental y esencial es la actuación y el peso que pueden llevar sus dos sorprendentes y desconocidos protagonistas, ambos muy acertados y con mucha química en pantalla.

Pero si uno observa el recorrido, el punto de partida inicial, el desarrollo y el desenlace, se da cuenta enseguida de que el filme, en grandes esencias, no cuenta nada. Su, aparentemente, manido argumento principal de chico conoce a chica se lleva bien porque Anderson es un maestro dirigiendo y, tanto estéticamente como actoralmente te encuentras atrapado.

El problema llega cuando la película termina y te das cuenta de que, no hay, si quiera, un desarrollo o un cambio en los personajes principales. La banda sonora, la fotografía… todo está en línea con lo que Anderson normalmente nos otorga, pero es en el desarrollo donde no veo muy bien qué es lo que nos quiere contar el afamado director. Será que algunos amores de verano suceden y ya está, pero no queda tan reflejado en el comportamiento de sus protagonistas y menos con todo lo que viven juntos.

Así pues, ‘Licorice Pizza’ está bien y resulta curiosa de ver, pero me parece un tanto vacía. Creo que quedará como una película anecdótica o personal dentro de su lograda filmografía.

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