Esta película marca el regreso al género después del el gran fracaso que fue Hellboy del director Neil Marshall pero desafortunadamente esta cinta tampoco logro mucho, esto se debe principalmente a un guion poco estructurado, soso y letárgico además la historia va perdiendo fuerza poco a poco y cuando llega la parte final simplemente no hay mucho argumento lo único que hay es tortura, sangre escenas que no llevan a ningún lado a esto sumándole una duración exagerada que hace que la cinta se vuelva demasiado tediosa sin sentido alguno, que no le aporta nada, pero si le quita mucho dinamismo.

La interpretación de Charlotte Kirk es muy buena porque sabe mezclar muy bien ese dolor, tragedia sin llegar a ser exagerada, hace que, aunque la situación sea demasiado exagerada se sienta un poco más realista.
La fotografía, el diseño de producción y la ambientación funcionan muy bien dándole un toque muy especial y generando expectativa de lo que va a suceder y un poco de suspenso.