Relato muy pueril pero también bastante conciso (lo que es de agradecer en casi todo momento para los más mayores de la casa) sobre una familia newyorkina que decide ir a un orfanato a adoptar a un niño... pero ese niño resulta ser un ratón parlante al que los papis (Hugh Laurie y Geena Davis) aceptan como si nada, pero que su humano hermanito mayor (Jonathan Lipnicki) no aceptará de tan buen grado.

Con esta premisa absurda se sucede una tópica y de lo más superficial historia de aceptación al diferente y una sucesión de enredos bobos más vistos que el tebeo. Lejos de ofrecer un humor agudo y satírico sobre la estrambótica situación, la cinta opta por los trillados gags de persecuciones, huídas y trompazos del ratoncito. La trama troncal en la que el niño debe o no aceptar a Stuart Little para que el ratoncito se sienta querido se sucede con una previsión más que evidente, y una dejadez en el desarrollo argumental manifiesta.

Aun así, y a pesar de resultar un relato tan básico e insustancial como somero y fútil, hay que agradecer a "Stuart Little" que no se alargue en su insipidez de trotes, deslizamientos y brincos. Y es que el metraje no llega a la hora y media, y su progreso es lo suficientemente ágil y activo como para resultar un entretenimiento ajustado para todo tipo de público. "Stuart Little" no llega a molestar en demasía al público más maduro gracias a la condensación y concisión de su superficial y revisto relato (y a los más peques entretendrá en todo momento, en mi caso ví esta película con 12 años y me resultó simpática pero no inolvidable. Ahora en la etapa adulta me resulta más cachazuda por culpa de su nimiedad). Pero la cinta está claramente orientada a un público infantil que sí disfrutará y se distraerá con mayor atracción que la audiencia de más de 12 años (que se distanciará en casi todo momento por la falta de hondanadas e ingenio de su desarrollo argumental).

La realización, la banda sonora y la fotografía por su parte son usuales pero precisas, y las interpretaciones resultan naturales (incluyendo a Lipnicki, más recordado por su divertido y tierno papel en "Jerry Maguire" (1996)) ... algo loable dada la circunstancia de lo ingenuo de su relato (Hugh Laurie y Geena Davis no se han visto en otra igual). Los efectos especiales no pasan del aprobado con un ratoncito poco definido en sus expresiones pero detallado en su diseño.

En definitiva estamos ante una cinta infantil en todos sus aspectos que cumple sin despeinarse con su cometido de distraer con simpatía trivial al personal aniñado y cándido... mientras que otro tipo de público puede soportar casi todo el metraje gracias al laconismo y brevedad del relato.

Lo mejor: El diseño de este Stuart Little que, si bien no es lo mejor en el terreno GCI, aporta la suficiente complicidad plástica para con el espectador.
Lo peor: La conformista topiquez y superficialidad de su guión.