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España España · LA CORUÑA
Voto de migfersaav:
10
Terror. Romance. Fantástico En el año 1890, el joven abogado Jonathan Harker viaja a un castillo perdido de Transilvania, donde conoce al conde Drácula, que en 1462 perdió a su amor, Elisabeta. El conde, fascinado por una fotografía de Mina Murray, la novia de Harker, que le recuerda a su Elisabeta, viaja hasta Londres "cruzando océanos de tiempo" para conocerla. Ya en Inglaterra, intenta conquistar y seducir a Lucy, la mejor amiga de Mina. (FILMAFFINITY)
8 de julio de 2019
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me retuerzo leyendo críticas de gente que ha leído el libro, y se queda con la letra, pero no con el espíritu de la novela de Stoker. Otros dicen que la película es hermosa, pero que Coppola se aparta de la novela, superándola. No estoy de acuerdo con ninguna de esas dos posturas. La película y la novela son ambas hermosísimas, y su espíritu es el mismo en realidad (más allá de alguna licencia de Coppola), y cada una es grandiosa en su justa medida. Yo he disfrutado por igual del libro y la película, y lo seguiré haciendo en el futuro. Pero para mi, ambas historias tienen mucho más en común de lo que parece.

Bram Stoker escribió su novela Drácula, en 1897, cuando imperaba la moral victoriana inglesa, periodo que suele decirse que abarca el reinado de la reina Victoria de Inglaterra (1837–1901) y dentro del clima moral general imperante en el Reino Unido en el siglo XIX, caracterizado por una fuerte represión sexual, baja tolerancia ante el delito y un estricto código de conducta social. Es una época en la que no estaba bien visto escribir una historia como el Drácula que narra magistralmente Francis Ford Coppola en su película. Es una época en la que había que escribir y leer entre líneas, porque no podías apartarte sin castigo de los estrictos valores morales promulgados en esa época. Entre las líneas de la novela, escondida, se encuentra una famosa frase que a muchos les pasa inadvertida: "Sí, yo también puedo amar; vosotras mismas lo sabéis por el pasado.", frase significativa que Stoker pone en boca de Drácula, y que siembra dudas. La doble lectura, dejando volar la imaginación, nos permite vislumbrar otro Drácula, muy próximo al de la película de Coppola, romántico, deseoso de amar, pero cruel y salvaje al mismo tiempo.

Las novelas de la época victoriana deben leerse y entenderse bajo el prisma de la censura moral de la época, como sucede con "Otra vuelta de tuerca", de Henry James, del año siguiente (1898), hermosa novela que también admite una doble lectura, a través de la imaginación y de la historia que se nos cuenta.

Más de uno no estará de acuerdo con lo que digo, y me parece bien, no intento convencer a nadie. Doy mi versión, por si a alguien le hace recapacitar sobre otro punto de vista. Sin embargo nadie puede negar que nada más que el amor, el deseo del amor, o en último caso la lujuria, justifican el arriesgado viaje del conde a Londres. Yo prefiero la explicación de Coppola, y más allá de la licencia de que Mina se parezca sobremanera a la amada Elisabetta del conde Drácula, no puedo imaginar un argumentario mejor para esta bellísima historia de amor, haciéndole justicia a uno de los mitos más injustamente demonizados de la historia.
migfersaav
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