Escarlata o'Hara no era Bella pero los hombres no se daban cuenta de ello hasta que no habían caído presa de su embrujo. Así comenzaba el libro de Margaret Mitchell. Presentándonos a la que quizá sea el personaje femenino más importante de la historia del cine.

En la pantalla Escarlata fue no sólo bella sino bellísima tuvo la suerte de tener los rasgos de la trágica Vivien Leight que alcanzó la inmortalidad gracias a interpretar a esta mujer egoísta y caprichosa que pasó muchos años amando algo que ni siquiera existía...

Pero a pesar de esos aspectos de su personalidad Escarlata enamoró a todo el público pues reunía en todo su ser la fragilidad, miedos y afán de superación que intrínsecamente anida en el ser humano...

Fuimos tantos los que nos sentimos identificados con el espíritu de Escarlata O'Hara que la hicimos nuestra para siempre. Ella es la película.

La acompaña un puñado de personajes memorables: Su padre, que la tenía muy mimada pero le enseñó la lección más importante de su vida: Qué la tierra es lo único importante pues es la única cosa que perdura.

Su madre, caritativa con los humildes pero rigurosa con su educación.

Mami, su esclava de hogar mucho más rigurosa que su madre pero más fácil de camelar.

Ashley, su amor platónico.

Melania esa mujer bondadosa que la quiso como una hermana y la defendía ante cualquier habladuría

y, por supuesto, Reth, su alma gemela pues ni el era un caballero ni ella una señora.

Y tantos otros: los gemelos Tarlenton, tía Pitty, Prissy....

Y el amor y el desamor, el despecho, la guerra, los yankis, el hambre, Tara.... Escena tras escena en glorioso technicolor y con una banda sonora incomparable.... La historia con Mayúsculas, el cine con mayúsculas.