La película es una historia sencilla, que muestra la complejidad de anexar tres mundos distintos; el amor, la acción y la violencia, pero realmente es un relato perturbador, brutal y voraz. Lo que la hace tan buena es la magnífica interpretación de Ryan Gosling. Su aspecto desenfadado y simpático enmascarado por esa seriedad tan enigmática, capaz de convertir los silencios entre personas que normalmente crean tensión en momentos de dulzura, el cambio desmesurado en una persona apacible y racional en un ser despiadado, violento e irracional. Por lo que su interpretación, su argumento y su pequeño conglomerado de géneros, hacen que esta sea una película única e irrepetible.