Me esperaba una tontería y en cambio me encontré enganchada a una peli que combina ciencia ficción con toques de comedia y acción, violencia sangrienta, originalidad en los escenarios y actuaciones muy buenas. Lo mejor es la ambientación: un futuro en el que la Tierra ha colonizado el espacio pero donde los personajes van vestidos como en los noventa (hombreras incluidas). Y sin embargo es creíble y en ningún momento cae en el ridículo (roza el límite pero sabe mantenerse). Tampoco cae en el sentimentalismo ni en los tópicos fáciles, y eso es mucho decir de una película que no es ni pretende ser profunda, Estamos hablando de un film con el que te lo pasas bomba, nada más, y eso a mí me parece más que suficiente para plantarle un 7. Dentro de su género y de su estilo, es buena.

Sharon Stone está deliciosa en su ambiguo papel, y Schwarzenegger, aunque no es un actor con muchos registros, tiene un no sé que que siempre consigue que me lo crea. Claro que llega un punto en que empieza a repartir hostias como panes, que es lo suyo. Y eso también mola.

Destaco la parte que trascurre en Marte, aunque no puedo dejar de comentar que la parte del principio, en la clínica donde venden sueños, me conquistó. El vendedor es de esos que le vendería unos guantes a un manco; uno ve con resignación cómica cómo los humanos, duremos lo que duremos en este planeta (o en otros), siempre seremos iguales en el fondo: unos charlatanes.

Muy recomendable, de verdad.