Verán, yo confieso que leí el libro varias veces simplemente porque me gustó el tono, y no porque fuera una obra maestra de la literatura (nada más lejos). El personaje creado por la autora se me hizo simpático desde el principio. Así que cuando salió la película, corrí a verla.

Me llevé algunas sorpresas, unas buenas y otras no tanto. Las buenas fueron que el personaje de Bridget en la película es bastante parecido a como yo lo había imaginado, y que los diálogos, pese a no ser los mismos que en el libro, tienen un tono muy similar. Evidentemente, el formato de diario se pierde, y eso es una lástima porque es parte importante del personaje.

Sorpresas no tan agradables fueron el ver que se omitían y modificaban muchos giros del argumento. Hay enormes saltos, cambios cronológicos y todo tipo de apaños para hacer que la película tenga un hilo determinado que no es el original.

O sea, que para mí, el libro y la película son casi dos historias distintas, pero con los mismos personajes. Lo bueno es que la película me entretuvo e incluso algunos de los cambios me gustaron porque quedaban bien con el contexto general. En casa, sin embargo, sigo releyendo el libro de vez en cuando, porque ahí es donde está la esencia.