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España España · Marte
Voto de Gort:
9
Drama Anne-Marie, una acaudalada joven, cree que ha encontrado su verdadera vocación al ingresar como novicia en un convento de monjas dominicas, que se dedica a la rehabilitación de mujeres delincuentes. La muchacha siente una extraña fascinación por Thérèse, acusada injustamente de homicidio, e intenta convencerla para que tome los hábitos y se arrepienta de sus pecados. Thérèse insiste en su inocencia, pero, cuando es puesta en libertad, ... [+]
30 de diciembre de 2012
17 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
«Las manos no son verdaderas ni reales.»

El marinero. Drama estático en un cuadro, Fernando Pessoa


Del poco cine que he visto recuerdo varias secuencias donde las manos parecían otra cosa que manos:

-Por ejemplo, en Le trou (1960), una escena en la que un funcionario revisa y trincha maquinalmente la comida que le envían a uno de los presos. En realidad podría verse la película entera como una película de manos. Manos periciosas manejando mil y una herramientas, hablando y comunicándose entre ellas en un idioma privado e inalcanzable.

-También recuerdo las manos como arañas de Pickpocket (1959), película de un Bresson mucho más depurado y consciente de su tarea. Allí las manos son indispensables para la película de Bresson, configuran -como veremos más adelante- un espacio puramente cinematográfico.

En todos estos casos es importante resaltar, para poder darle alguna viabilidad a la sentencia pessoana que abre este escrito y no despacharla como mera literatura, que aquello por lo que el cine necesita de las manos, la irrealidad de éstas, no radica en las manos, de la misma manera que el valor de un lingote de oro no depende de nada que esté en él.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Gort
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