Como los caballos que galopan a toda velocidad el dinero también escapa rápidamente de las manos de los personajes continuamente en esta película, sobre todo al final cuando la señora pedante, el perrito adorable y el transportista patoso provocan que el dinero vuele.

Está el hombre rudo y criminal innato, ex convicto líder del golpe; el anciano que cree que el dinero le ayudará a vivir tranquilo el resto de su vida; el que tiene poca autoestima y cree que con el dinero logrará conservar el amor de su vida, el policía corrupto, la viuda negra que busca el dinero para deshacerse de su marido y cumplir sus placeres... Si siguiese describiendo a los personajes me quedaría sin caracteres

Además con una dirección de fotografía extraordinaria en la que los rostros de los personajes se ocultan en las sombras cuando tratan de ocultar su verdadera faceta y salen a la luz cuando se muestran sus miedos y vicios más puros.

En especial mencionar el personaje de Coleen Gray. Un personaje víctima del machismo de la época (como casi todos) dado que considera a su novio la única motivación de su vida cayendo en el tópico de que sin él no puede vivir; sin embargo el envejecimiento de este papel se podría considerar un icono feminista dado que es la única que no se preocupa por el dinero y que deja en evidencia que Johnny (Sterling Hayden) sí que lo hacía por lucro; esto se ve en la última escena cuando ella le pide que huya y él le contesta "ya que mas da" sin percatarse de que debe hacerlo por ella, eso si la ama, por supuesto.