La fantasía de un niño no tiene límites, lo irreal puede ser real y lo extraordinario común, su cabeza procesa todo como la propia extensión de un cuento.

Pero además de juego, diversión y felicidad, los miedos de los mas pequeños también están muy presentes, especialmente los niños de familias desestructuradas que pueden llegar a sentirse desprotegidos en algunas ocasiones y demandan la necesidad de verse queridos.

Matt Reeves nos pone durante casi dos horas en la piel de uno de estos niños en un formato de cuento por la inverosimilitud de sus acontecimientos.

Los vampiros considerados como seres terribles de ultratumba nunca habían sido presentados como seres que además de sangre también necesitan del calor humano.

Brillante el papel del protagonista Kodi Smit-Mcphee transmitiendo a través de su mirada todas las inquietudes, deseos y miedos de un niño.