La Campeones de USA. Este año tanto en los premios españoles como en los americanos han ganado dos películas que algunos definirían como mediocres y otros como sencillas, en ambos casos bienintencionadas, cuyo visionado se hace agradable pero que cinematográficamente están lejos de ser películas de factura merecedora de reconocimiento a tales niveles.

No obstante, considero que Green Book está un par de escalones por encima de la española. La diferencia la marca sobre todo el guión y la dirección. Mientras que en Campeones tanto el guión como la dirección parecen dejarse en un muy segundo plano, hasta el punto de ser bastante malillos ambos apartados, en Green Book tenemos un guión que sin ser gran cosa sí que al menos está bien hilvanado, y una dirección que si bien es academicista también es funcional y sólida.

Aunque no se qué hago comparando Green Book con Campeones, cuando realmente sus mejores referencias vienen del cine de finales de los 80 y principios de los 90, es una peli que te retrotrae a aquellos tiempos en que se estrenaban obras como Paseando a Miss Daisy, Esencia de mujer o Mejor solo que mal acompañado. Esto puede verse desde un punto de vista positivo o negativo. Lo positivo es que tiene esa cercanía y empatía universal que tenían este tipo de pelis de aquella época. Lo negativo es que no parece muy normal que los Oscar nos quieran vender como peli del año, ni por forma ni por fondo, una película que parece haberse hecho 25-30 años atrás.

Y es que Green Book, aparte de contarnos una historia muy simplona de manera muy sencilla y clasicista, también nos la cuenta por medio de dos personajes tremendamente estereotipados y de otra época, especialmente ese orangután de tradiciones italianas magistralmente interpretado por Viggo Mortensen (un poco meh que le disen el Oscar a Mahershala, que deja mucho más frío en su papel de atípico negro snob y estirado que no encuentra su sitio ni con unos ni con otros). Muchos se quejan de que no es muy acertado reivindicar la visibilización afroamericana con una cinta que enarbola al simpático salvador blanco, y no les falta razón. Quizá habría que preguntarse qué criterios está siguiendo la Academia para solventar su problema con el lobby negro, porque entre esto y lo de nominar a Black Panther a mejor película....

En cualquier caso, política aparte, hay que reconocer que la peli se hace muy agradable de ver, ofrece poco y superficialmente, es muy básica, tremendamente básica, pero tiene a su favor el encanto de la performance de Viggo Mortensen y unos diálogos que son lo mejor de un mediocre guion ya que aportan ciertos toques de sutil humor blanco y aséptico del que funciona con todo el público. ¿Oscar a la mejor película, al mejor guión y a Mahershala Ali? Ni de Blas (de hecho, yo solo hubiese nominado a Viggo). Ahora bien, ¿película recomendable para toda la familia? Totalmente. Se deja ver en cualquier momento, en cualquier lugar y para cualquier persona, y eso no todas las pelis lo tienen.