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Voto de miguel:
7
7,1
5.688
Animación. Drama. Fantástico
Mahito, un joven de 12 años, lucha por asentarse en una nueva ciudad tras la muerte de su madre. Sin embargo, cuando una garza parlante informa a Mahito de que su madre sigue viva, entra en una torre abandonada en su busca, lo que le lleva a otro mundo. El título de la película se basa en la novela de 1937, 'Kimitachi wa Dō Ikiru ka' escrita por Yoshino Genzaburō pero la película presenta una historia original que no guarda relación con la novela. (FILMAFFINITY) [+]
10 de noviembre de 2023
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Miyazaki ha madurado de forma insospechada. No es que no hubiese hecho antes películas muy maduras, desde La princesa Mononoke a Susurros del Corazón (escrita por él), pero en general sus películas estaban dirigidas más bien a un público joven. Si me pidiesen una comparación o referencias con sus anteriores películas diría que tiene el ritmo pausado y poético de La princesa Mononoke y la magia y belleza de El viaje de Chihiro.
Y sí, es lenta. A la sala de cine entraron algunos padres con sus hijos pre adolescentes. Unos cuantos abandonaron la sala hacia la mitad del metraje (justo cuando la acción comenzaba a acelerarse, por cierto) y no les culpo. Para un niño tiene que ser una película difícil porque aborda temas complejos, casi impropios de Miyazaki (de los que no quiero hablar aquí para no arruinar la sorpresa a quien aún no haya visto la peli, pero si la has visto, sabes a lo que me refiero), tratados con exquisita delicadeza y con gran realismo (si dejamos un momento de lado la parte mágica). Aquí es donde, a mi parecer, nace la poesía de la película, aunque se desarrolle después simbólicamente a niveles difíciles de asimilar. Personalmente algunas partes también se me hicieron un poco lentas, pero no aburridas. Las imágenes son fascinantes y el relato también. Es una de esas películas que te hacen pensar sobre lo que estás viendo mientras lo estás viendo y que se quedan contigo después de haberlas visto.
De hecho, donde más pegas podríamos poner a la película es en su cierre, donde los personajes se simplifican demasiado, aunque por otra parte es algo que sucede en la inmensa mayoría de películas de Miyazaki y no por eso han gustado menos, pero tal vez sea porque casi todos vimos esas películas de pequeños. En esta ocasión me hubiese gustado que el protagonista fuese un poco más consecuente con sus sentimientos cuando la trama llega a su fin, en lugar de lo que sucede.
Por lo demás, una película de Ghibli. Creo que la parte del mundo mágico tiene algunas de las ideas más divertidas que ha escrito Miyazaki nunca (y que me hubiese encantado que explotase más). Y, desde luego, es una película para pensar en la vida, la muerte, el destino y la aceptación de que las cosas, en algún momento, se acaban. Vaya, según escribía esto me he dado cuenta de que podría ser también un mensaje para la propia audiencia, pues probablemente esta sea le última película de Miyazaki. Qué poético.
Y sí, es lenta. A la sala de cine entraron algunos padres con sus hijos pre adolescentes. Unos cuantos abandonaron la sala hacia la mitad del metraje (justo cuando la acción comenzaba a acelerarse, por cierto) y no les culpo. Para un niño tiene que ser una película difícil porque aborda temas complejos, casi impropios de Miyazaki (de los que no quiero hablar aquí para no arruinar la sorpresa a quien aún no haya visto la peli, pero si la has visto, sabes a lo que me refiero), tratados con exquisita delicadeza y con gran realismo (si dejamos un momento de lado la parte mágica). Aquí es donde, a mi parecer, nace la poesía de la película, aunque se desarrolle después simbólicamente a niveles difíciles de asimilar. Personalmente algunas partes también se me hicieron un poco lentas, pero no aburridas. Las imágenes son fascinantes y el relato también. Es una de esas películas que te hacen pensar sobre lo que estás viendo mientras lo estás viendo y que se quedan contigo después de haberlas visto.
De hecho, donde más pegas podríamos poner a la película es en su cierre, donde los personajes se simplifican demasiado, aunque por otra parte es algo que sucede en la inmensa mayoría de películas de Miyazaki y no por eso han gustado menos, pero tal vez sea porque casi todos vimos esas películas de pequeños. En esta ocasión me hubiese gustado que el protagonista fuese un poco más consecuente con sus sentimientos cuando la trama llega a su fin, en lugar de lo que sucede.
Por lo demás, una película de Ghibli. Creo que la parte del mundo mágico tiene algunas de las ideas más divertidas que ha escrito Miyazaki nunca (y que me hubiese encantado que explotase más). Y, desde luego, es una película para pensar en la vida, la muerte, el destino y la aceptación de que las cosas, en algún momento, se acaban. Vaya, según escribía esto me he dado cuenta de que podría ser también un mensaje para la propia audiencia, pues probablemente esta sea le última película de Miyazaki. Qué poético.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Bueno, bueno, bueno. Cositas:
La película no es difícil de entender, como dicen por ahí. Los temas están clarísimos, y para mí la aceptación de la muerte es el principal. Mahito tiene que superar la muerte de su madre, su tío bisabuelo tiene que aceptar que el mundo que ha creado se va a acabar. Creo que ahí se encuentra el principal paralelismo de la película. Por otra parte, los simbolismos sí que se nos pueden escapar un poco de las manos. A priori diría que el fuego tiene esa dualidad de vida/muerte. El fuego mató a la madre, pero le da poder para salvar a los demás en aquel submundo en el que el tiempo es difuso y tiene la misma edad que su hijo. El fuego está ligado a la madre porque es su destino.
Lo que me parece más complejo es el tema del embarazo. Los embarazos han tenido mucho simbolismo por estar ligados a la creación de una nueva vida. En este caso creo que narrativamente el bisa-tío tuvo algo que ver con que la madrastra fuera a aquel mundo a dar a luz porque quería un sucesor de su misma sangre, pero no entiendo por qué la madrastra va. ¿También es engañada por la garza? No me parece muy plausible. ¿Es hipnotizada por la propia torre? Tampoco entiendo por qué le dice a Mahito que lo odia cuando está en la sala de parto y él intenta salvarla y regresar con ella a la superficie. Aquí sí que siento que me he perdido algo. Es como si ella no fuese ella, porque recordemos que justo antes de desaparecer en el bosque, estaba débil, en su cama, con fiebre, y solo quería asegurarse de que Mahito se estaba recuperando de su herida en la cabeza para quedarse tranquila.
La escena de la autolesión me impactó. No me esperaba que Miyazaki fuese capaz de algo así. Me parece un tema difícil y desde luego no de una película para niños. Pero encaja muy bien en la historia y en la psicología del personaje. Entiendo cómo debe sentirse una persona que no ha superado la muerte de su madre y que no encaja en el cole.
En cuanto al final... no me encaja que Mahito acepte con tanta facilidad y con tanto desapego que su madre vuelva a la vida que le ha tocado, a morir en el incendio del hospital. Lo acepta tan ricamente. Vale que el espacio tiempo se estaba deshaciendo y tenían que pirarse ya de ya, pero no sé, un abrazo fuerte, una lagrimita... que es tu madre, Mahito!!!
Y por último, me encantaron los periquitos devora humanos, megatraidores pero idiotas al mismo tiempo. Ojalá hubiese habido más escenas con los periquitos.
La película no es difícil de entender, como dicen por ahí. Los temas están clarísimos, y para mí la aceptación de la muerte es el principal. Mahito tiene que superar la muerte de su madre, su tío bisabuelo tiene que aceptar que el mundo que ha creado se va a acabar. Creo que ahí se encuentra el principal paralelismo de la película. Por otra parte, los simbolismos sí que se nos pueden escapar un poco de las manos. A priori diría que el fuego tiene esa dualidad de vida/muerte. El fuego mató a la madre, pero le da poder para salvar a los demás en aquel submundo en el que el tiempo es difuso y tiene la misma edad que su hijo. El fuego está ligado a la madre porque es su destino.
Lo que me parece más complejo es el tema del embarazo. Los embarazos han tenido mucho simbolismo por estar ligados a la creación de una nueva vida. En este caso creo que narrativamente el bisa-tío tuvo algo que ver con que la madrastra fuera a aquel mundo a dar a luz porque quería un sucesor de su misma sangre, pero no entiendo por qué la madrastra va. ¿También es engañada por la garza? No me parece muy plausible. ¿Es hipnotizada por la propia torre? Tampoco entiendo por qué le dice a Mahito que lo odia cuando está en la sala de parto y él intenta salvarla y regresar con ella a la superficie. Aquí sí que siento que me he perdido algo. Es como si ella no fuese ella, porque recordemos que justo antes de desaparecer en el bosque, estaba débil, en su cama, con fiebre, y solo quería asegurarse de que Mahito se estaba recuperando de su herida en la cabeza para quedarse tranquila.
La escena de la autolesión me impactó. No me esperaba que Miyazaki fuese capaz de algo así. Me parece un tema difícil y desde luego no de una película para niños. Pero encaja muy bien en la historia y en la psicología del personaje. Entiendo cómo debe sentirse una persona que no ha superado la muerte de su madre y que no encaja en el cole.
En cuanto al final... no me encaja que Mahito acepte con tanta facilidad y con tanto desapego que su madre vuelva a la vida que le ha tocado, a morir en el incendio del hospital. Lo acepta tan ricamente. Vale que el espacio tiempo se estaba deshaciendo y tenían que pirarse ya de ya, pero no sé, un abrazo fuerte, una lagrimita... que es tu madre, Mahito!!!
Y por último, me encantaron los periquitos devora humanos, megatraidores pero idiotas al mismo tiempo. Ojalá hubiese habido más escenas con los periquitos.