Un matrimonio con muchos años a sus espaldas ve cuestionada su solidez cuando a las puertas de que el marido reciba el Premio Nobel de Literatura un secreto está a punto de salir a la luz que hará que ambos cónyuges se replanteen su pasado, su presente y su futuro.

El sueco Björn Runge da el salto al gran público internacional con una película que cuestiona los cimientos y los sacrificios de los matrimonios, que genera debate y que llega hasta a enfadar y a molestar por igual al espectador. El dicho popular de que detrás de todo gran hombre siempre hay una gran mujer se cumple en esta película al 100%, aunque tal vez sea muy cuestionable si es para bien o para mal y si la traducción al español del título añadiendo la “buena” esposa es realmente loable o a esta esposa del film, una Glenn Close tan comedida en gestos como de miradas felinas que lo dicen todo son tener que hablar, habría que pegarle un buen meneo y una buena dosis de realidad para que espabile y deje de hacer la pringada. Porque todos los que estamos inmersos en una relación sabemos (o deberíamos saber por nuestro bien) que uno de los secretos para que ésta perdure en el tiempo es que dos más dos rara vez suman cuatro y que hay que saber ceder en casi todo. Aquí la protagonista ha cedido en su vida en tantas cosas que ahora que se le presenta la (merecida) oportunidad de dar un golpe encima de la mesa se da cuenta que no sabría ni por dónde empezar ni mucho menos hacerlo sola, sin la persona que ha sido capaz de parasitarla durante tantos años. Además, la cinta nos pone de relieve otra prueba más para darnos cuenta que el concepto de familia tan apegado que existe en España y en otros pocos países más no se generaliza en más de medio mundo, ya que por muchos premios que te den, el nacimiento de un nieto siempre debe ser la prioridad número uno y estar ahí en ese momento es Ley. En resumidas cuentas un film adulto para parejas de todas las edades que no quieran tropezar siempre en la misma piedra ni ser floreros de nadie.

Sacapuntas de oro: Para los que quieran saber el final de un cuento que no acabe comiendo perdices. Una majestuosa y parsimoniosa Close, que quizás nunca ha sido lo suficientemente valorada como merece y con este trabajo puede resarcirse.

Sacapuntas de madera: Quizás sea tan académica como comedida, faltando un poco de Rock&Roll tan necesario en estos tiempos del “me too”. La venganza es tan light que dan ganas de atravesar la pantalla y darle una buena paliza al chupóptero de turno. Un Max Irons que película tras película sigue opositando para el Oscar al más insípido y palurdo de Hollywood.

Nota: 6 Sacapuntas.