Si algo se le puede reconocer al bueno de Alejandro, es su capacidad para plasmar entornos y ambientes en el gran lienzo de la pantalla. Y si algo se le puede echar en cara, es su propensión a emplear unos ritmos narrativos mortecinos e inacabables. He acudido al cine sin grandes expectativas, pero libre de prejuicios. La ambientación me ha sorprendido por cuidada, así como las buenas caracterizaciones, ese Elejalde transmutado en Unamuno... Pero la peli se alarga, y se alarga, Y se larga… Para contar una historieta pseudo-histórica tan aburrida como carente de rigor histórico. Los topicazos narrativos y la mitología histórica, siempre escorada hacia la misma parte, se repiten como una estólida letanía. Nos quedamos sin diversión, sin entretenimiento, y sin enseñanza histórica... El final me parece lamentable, con un epílogo metido con calzador y el cual odría describir en el spoiler, pero no creo que una opereta así merezca ese pequeño esfuerzo por mi parte.. Puntuación: Sólo un 2,5, por aburrida y recalcitrante.