Todo comienza con un "My name is... Alfie!"

Ya tenemos las pistas necesarias, un inglés de buena apariencia, con su chaqueta cruzada y las ideas claras no necesita dar su nombre, alguna mujer lo hará por él.

¿Una mujer? Seguramente son cientos, todas o ninguna, tiene sus propias fórmulas matemáticas para atraerlas unos minutos complacientes, los que cree necesitar para satisfacer su momentáneo capricho compartido por cualquiera que le acompañe.

¿Ideas claras? Frases estudiadas que conforman a cualquier cabeza con la felicidad aparente. Ellas las aceptan como un regalo, él las considera una herramienta bien engrasada que seduce por sí misma a las damas de cualquier edad y condición.

¿Y cuál es su objetivo? Luchar contra la estabilidad, no atarse a los conocimientos más radicales de ser uno + uno = dos. ¿Por qué no restar y seguir ganando? Una fórmula inequívoca, los sentimientos pueden ser tratados como un catarro, aunque hacen palpitar algunos órganos internos delicados en ocasiones y se confunden estos dolores con virus para los que medicarse.

A veces canalla angelical, otras un buen tipo con ínfulas de egoísmo, nuestro querido Alfie se nos antoja como una virgen sin pedestal, tan delicado como inalcanzable. Todas las mujeres le rezan hasta perder la fe y volver a lo mundano.

Bordea el Támesis, comparte camas, crea reglas infalibles, hace siempre lo que más le gusta: buscar problemas y no solucionarlos. Es un caballero que consigue lo que quiere sin ensuciarse nunca las manos y con el paso de los años se convierte en un entrañable hombrecillo con graciosas teorías sobre el recipiente que conserva la vida y las personas que lo sujetan entre sus manos.

Además, tiene un propio mensaje este apuesto hombre, cada vez que conocemos a un Alfie a fondo, derribamos un mito, ellos son tan frágiles como cualquiera y tan impasibles en sus intenciones por cambiar, que cualquiera desearía que se pasaran la vida detrás de una mujer u otra para seguir con su supuesta felicidad. ¿No es así más divertido para ellos? Los cánones cambian, pero las tácticas superan el paso del tiempo, y la película, en la actualidad, resulta incluso entrañable dentro de lo que los ingleses llaman humor.