Auténtica genialidad del fantástico y romántico director de culto Tim Burton. Juega y se divierte con el espectador hasta el final, manteniendo la excentricidad en el límite justo para no agotar y no perder butacas. Es un cuento envolvente con la locura de Mars Attacks! o de Beetlejuice y la ternura de Eduardo manostijeras. Ewan McGregor borda el papel y transmite bien las emociones que Burton le dicta. Danny Elfman se encarga de aderezarlo todo con su sorprendente música, lo que le valió para su cuarta nominación al Oscar de una academia que a veces no se entera de a quién hay que premiar.