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España España · Barcelona
Voto de manulynk:
7
Drama. Comedia Narra la historia de un hombre aparentemente corriente, con una vida extraordinaria, llena de buenos y malos momentos. Barney Panofsky (Paul Giamatti), un viejo productor de televisión, aficionado a la bebida y fanático del hockey, empieza a recordar su vida cuando su peor enemigo publica un libro, en el que habla de un espinoso episodio de su pasado: la misteriosa desaparición de Boggie, su mejor amigo, posiblemente un asesinato del ... [+]
18 de agosto de 2012
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Basada en un novela escrita por Mordecai Richler, el realizador Richard J. Lewis nos ofrece un film que gira alrededor de la vida de Barney Panofski (Paul Giamatti), un productor televisivo de éxito, quien en su madurez y a las puertas de una cruel enfermedad repasa su vida.
Una vida que, dicho sea de paso, no tiene gran cosa de extraordinaria. Barney es un tipo más bien normal, y es retratado por la cámara de Lewis y la composición de Giamatti de esa forma, con todas su virtudes y con todos sus defectos, acentuados en su etapa más madura cuando, tras tres matrimonios fallidos, vive sólo y sólo se se comunica con una de sus hijas.
Con un tono que va oscilando entre la comedia y el drama, vamos asistiendo a la vida presente de Barney, mientras su mente va dando saltos a momentos destacados de su vida. Éstos casi se puede ver como episodios televisivos: su estancia en Roma, donde conocerá a uno grupo de amigos con los que establecerá lazos fuertes, en especial con Boogie (Scott Speedman), también se casará por primera vez (Rachelle Lefevre); su estancia en Canadá y su segundo matrimonio (Minnie Driver) prácticamente seguido por la que será la mujer de su vida, Miriam (Rosamund Pike). Cada uno de esos episodios están perfectamente integrados, manteniendo ese difícil equilibrio entre el drama y la comedia que este film encaja a la perfección.
A esto ayuda no sólo el buen hacer de Giamatti, estupendo, sino en general de todo el reparto entre los que destacaría la gran composición de Dustin Hoffmann que consigue llenar la pantalla las pocas veces que aparece, demostrando que es un gran actor y también destacaría a Rosamund Pike con su elegante presencia a partir de la segunda mitad del metraje. Además, el guión ofrece ciertas dosis de intriga, que tienen que ver con la desaparición de Boogie, mientras que se dosifican a la perfección los componentes cómicos y más puramente dramáticos.
Así, Richard J. Lewis nos muestra en pantalla la vida de una persona, que en realidad no ha hecho nada extraordinario pero cuya justificación tiene que ver con su necesidad personal de rememorar algunos episodios de su pasado. Este matiz también hay que tenerlo en cuenta, puesto que lo que vemos del pasado de Barney son sus propios recuerdos, mostrado de forma subjetiva, aspecto del cual no seremos completamente conscientes hasta los últimos instantes del film, pese a que el título original no puede ser más evidente.
La gran virtud de este film y por tanto del realizador es saber colocar todos los elementos del film de una forma que parece casual, sin forzar las situaciones, y sin buscar efectismos innecesarios. Lewis se empeña en contarnos una historia y desde luego que lo hace, sin alardes, sin trascendencias.
manulynk
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