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España España · Barcelona
Voto de manulynk:
9
Intriga. Comedia. Drama Chicago, años treinta. Johnny Hooker (Redford) y Henry Gondorff (Newman) son dos timadores que deciden vengar la muerte de un viejo y querido colega, asesinado por orden de un poderoso gángster llamado Doyle Lonnegan (Shaw). Para ello urdirán un ingenioso y complicado plan con la ayuda de todos sus amigos y conocidos. (FILMAFFINITY)
6 de julio de 2008
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
El director George Roy Hill nos ofrecia en este film, ambientado en los años 30, una guía de cómo de realizar un gran película.

Lo primero a destacar es el estupendo guión, en el que la trama sigue los preparativos de un grupo de estafadores que están preparando dar un golpe de gran envergadura. Sin embargo, la multitud de personajes faclita, toda una serie de tramas y subtramas que se van desarrollando paralelamente a la historia principal. El guión es el verdadero puntal sobre el que se asienta el film, controlando perfectamente el tiempo narrativo, contando con unos diálogos perfectos y ágiles, con algún que otro apunte afilado, y una sensación de movimiento contínuo.

Por otro lado el director nos ofrece una estupenda puesta en escena, contando la historia con un ritmo ágil y dinámico, consiguiendo reproducir a la perfección la época, y sabiendo mantener equilibrio en el tono del film entre un film dramático, y ciertos apuntes cómicos, aunque siempre desde una perspectiva seria. La otra gran baza es sin duda el reparto. A pesar de ser una película con múltiples personajes, cada uno de ellos cumplen una función en la trama del film, ofreciéndonos unas interpretaciones totalmente ajustadas a lo que precisa el hilo argumental.

El reparto encabezado por Paul Newman y Robert Redford, ambos perfectos, volviendo a dar muestras de una excelente interacción en pantalla, aunque sin desmerecer al resto del reparto (Robert Shaw, Charles Durning, Ray Walston, Eileen Brennan, Harold Gould, etc), cumpliendo con lo que se les exige en el guión y dando la dimensión adecuada al personaje que están interpretando. El gran mérido del director, es encajar con maestría todos los mecanismos que intervienen en la historia que nos cuenta, aderezando el decorado con una estupenda banda sonora, con la precisión de un relojero, sin dejar nada al azar, y consiguiendo mantener el interés del espectador para llevarlo hasta la sorpresa final.

Quizás se le pueda achacar una cierta frialdad, mejor dicho una cierta sensación de artificial, derivada del excesivamente rígido guión, y, sin duda, una vez destapada la sorpresa final, el film pierde un poco su interés a medida que le damos más visionados. Sin embargo, el film es un buen ejemplo de cómo partiendo de un buen guión se puede realizar una gran película.
manulynk
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