Me asombra leer críticas por aquí que dicen que esta es la película más madura de Hilary Duff. Pues cómo serán las otras, amigos. ¿Hemos visto la misma cinta?
Escucha mi voz es simple y llanamente una película mala. Tal cual. Es que no tiene por donde la coja un perro. Aparte de que sea más o menos entretenida o que tenga algún que otro momento inspirado (sobre todo las muy molonas interpretaciones de violín del personaje al que da vida Dana Davis), se trata de un conjunto de todos los tópicos habidos y por haber (la joven que quiere triunfar en la música, con padre estricto, tragedia familiar, madre y tía enrolladas, profesor cachondo, rival harpía, amiga negra simpática y chico guapo que la apoya), con unas Rita Wilson y Rebecca de Mornay en horas bajas (muy bajas...) y un argumento ramplón que no hay por donde coger, aderezado con diálogos a cada cual más estúpido. Pero sobre todo es un vehículo de lucimiento para Hilary Duff. ¿Se acuerdan de cuando era toda una estrella adolescente? Seguro que ella también, sobre todo ahora que ya no es ni estrella ni adolescente ni absolutamente nadie en el mundo de la música o la interpretación. Pues la muchacha triunfó de lo lindo como reina Disney antes de que llegaran las Miley Cyrus, Selena Gomez, Demi Lovato o Lindsay Lohan de turno. ¿Sus armas? Una carita angelical y una supuesta simpatía, porque cantar nunca cantó mucho y lo que se dice actuar... pues tampoco. Y así le ha ido.
Para fans de Hilary y poco más.

Lo mejor: La interpretación de violín del personaje de Dana Davis.
Lo peor: Es difícil escoger... la palma se la disputan lo ñoño que es el guión y lo triste que es ver a Rebecca de Mornay o Rita Wilson en estos tejemanejes.