Sin duda, la historia de cómo Christian Longo, asesino de su mujer y sus dos hijas, se quiso hacer pasar para huir por el periodista Michael Finkel habría merecido una mejor película.
Una historia real no está mal, no obstante. Sabe mantener el interés y resulta entretenida. Ademas, está bien rodada por Rupert Goold (triunfando este 2019 gracias a Judy) y se beneficia de un buen James Franco (quizás el actor más prolífico de los últimos años, teniendo en cuenta que aparece en por lo menos cinco películas al año, sin contar con las que dirige y escribe él mismo) y sobre todo un excelente Jonah Hill, que proyecto a proyecto demuestra que poco queda ya de aquel adolescente malhablado de Supersalidos.
Sin embargo, la película peca de aburrida en algún momento, y no termina por transmitir al espectador la intriga sobre esta curiosa historia real. Recordemos que Christian Longo continúa hoy en el corredor de la muerte de Oregon, pero la película no aprovecha lo jugoso de la historia.
Podría haber sido mucho mejor.

Lo mejor: Jonah Hill y James Franco
Lo peor: Desaprovecha una historia muy interesante.