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Voto de Sibila de Delfos:
8
Terror. Intriga. Thriller. Fantástico Sigue la historia de una familia que vive en una casa en el bosque cuidándose de no emitir ningún sonido. Si no te escuchan, no pueden cazarte... (FILMAFFINITY)
17 de abril de 2018
9 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Qué buenas cintas nos está dando el terror en los últimos tiempos.
Sí, por supuesto que también hay mucha morralla, sobre todo en el subgénero de fantasmas y exorcismos, pero por mencionar algunas, películas como It, Babadook, Déjame salir o incluso Nunca apagues la luz han venido a dignificar un género en ocasiones muy maltratado por demasiadas cintas sin interés, tópicas, predecibles o directamente malas.
John Krasinski, en su tercer trabajo tras la cámara, compone una de las fantasías de terror más logradas de los últimos tiempos. Está despertando verdadero entusiasmo entre crítica y público, y no es para menos. Esperen a ver el efecto que crea la casi total ausencia de diálogo hablado, o la inmediata conexión emocional que establece el espectador con la familia Abbott. Esperen a deleitarse con las interpretaciones soberbias, basadas en las miradas y la expresión corporal, no sólo de unos soberbios Krasinski y Emily Blunt (con un parecido físico sorprendente aquí con Kate Winslet, por cierto), sino también de los jóvenes Noah Jupe y la fabulosa Millicent Simmonds, sorda también en la vida real y absolutamente arrebatadora en la atormentada piel de su personaje Regan. Además, es fabuloso el partido que saca Krasinski al presupuesto de 17 millones. Luce como tres veces más y la película tiene un aspecto estupendo en pantalla.
Por desgracia, no todo es perfecto. De hecho, la película falla en su credibilidad en varios momentos, y muy especialmente en la secuencia del parto del cuatro hijo de la pareja, muy potente a nivel visual y con indudable efectividad narrativa, pero nada realista. ¿Un parto en casi completo silencio? ¿Un bebé que no llora inmediatamente después de llegar al mundo? Por no mencionar la incomprensible escena de la conversación entre los padres cuando bajan al sótano (incomprensible por la situación en que se haya la familia en ese momento, y especialmente Regan y Marcus), o la extrañeza de su situación en general. Lo mismo digo una tontería, pero sorprende el relativamente buen nivel de vida que lleva esta familia teniendo en cuenta que la población humana está a punto de desaparecer. De acuerdo, el mundo no se está muriendo, como en La Carretera, y se supone que hay animales que cazar, peces que pescar (lo vemos), comida que cultivar y demás, pero sorprende, por ejemplo, que cuenten con esa tecnología o con electricidad, sin ir más lejos. Si nadie está ya en las centrales eléctricas para hacerlas funcionar, ¿cómo vive esta familia así?
Por suerte, y pese a que los últimos veinte minutos carecen de la tensión que deberían y que sí está en otros momentos como el prólogo o el encuentro de padre e hijo con un anciano en el bosque, las últimas escenas de Krasinski y Blunt con sus hijos desprenden una emotividad que seguro hará aflorar las lágrimas en los ojos de muchos, y nos recuerdan que, al final, esta historia versa acerca del amor incondicional de los padres por sus hijos. Un amor que mueve montañas y es más fuerte que cualquier otra cosa.
Buen cine de terror hecho con alma y corazón.

Lo mejor: Los actores, todos fabulosos, su extraordinaria emotividad y lo mucho que consigue con tan poco.
Lo peor: Le falla la credibilidad en algunos momentos y los últimos veinte minutos, pese a ser el clímax, no están a la altura del resto.
Sibila de Delfos
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