Bajo tan curioso título, Tomates verdes fritos es una oda a la amistad femenina, la de Ninny y Evelyn, y por supuesto también la de Igdie y Ruth, más una relación prohibida en la tradicional y conservadora Alabama de principios del siglo XX que una amistad al uso.
El resultado es profundamente conmovedor, y también entretenido, por lo que funciona a la perfección tanto para los más amantes de las historias sensibles como a aquellos que simplemente busquen una historia que les entretenga y les haga pasar un rato agradable. La ambientación es maravillosa, con esos decorados, vestuarios y localizaciones de tanta belleza y altísimo nivel, y por supuesto la joya de la corona son sus 4 actrices protagonistas. Mary Louise Parker y Mary Stuart Masterson forman una pareja preciosa (dos actrices, por cierto, que no han disfrutado después de gran popularidad entre el público), mientras que Kathy Bates y Jessica Tandy dan una lección de elegancia y sentimientos en la pantalla, sin pasarse lo más mínimo. La amistad entre sus personajes es de las más hermosas que hemos visto en el cine en las últimas décadas, y en parte es gracias a ella.
Excelente película.

Lo mejor: Su emotividad, la ambientación y sus excelentes actrices.
Lo peor: Nada relevante. Quizás peca un poco de sensiblería.