Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Sibila de Delfos:
9
Drama. Intriga. Thriller Tom Ripley (Matt Damon), un joven empleado de una empresa de servicios de Manhattan, pide prestada una chaqueta de Princeton para tocar el piano en una fiesta. Cuando el rico propietario de la casa charla con él, Ripley le hace creer que es amigo y compañero de universidad de su hijo Dickie (Jude Law); entonces, el padre ofrece a Tom mil dólares si va a Italia y convence a Dickie para que regrese a casa. Cuando conoce a Dickie, que es ... [+]
13 de junio de 2019
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Qué falta nos hacía Anthony Minghella y cómo se lo echa de menos.
Después de una obra tan celebrada como El paciente inglés, el británico volvió a sorprender con una nueva adaptación de la novela de Patricia Highsmith, ya adaptada bajo el título A pleno sol con un mítico Alain Delon. El talento de Mr. Ripley ejemplifica lo mejor del cine de Minghella, es decir, su capacidad para disfrazarse de cualquier realizador de cine clásico. Su puesta en escena, la fotografía, la narración, todo nos retrotrae a un Hollywood clásico, hasta el punto de que no cuesta imaginarse a Gregory Peck o Cary Grant paseando por esas maravillosas calles de San Remo o la ficticia Mongibello. Para todos aquellos que dicen que "ya no se hace cine como el de antes", la respuesta es esta película. Elegancia pura en la forma y en el fondo también, para dar vida a la historia de Tom Ripley, uno de los estafadores, suplantadores y asesinos más fascinantes de la literatura y también del cine.
Extraordinario es también el trabajo de los actores, y muy especialmente de Matt Damon y Jude Law. El oscarizado intérprete y guionista de El indomable Will Hunting siempre se ha labrado, desde el principio, una carrera de lo más interesante, y como a Leonardo Di Caprio, nunca le ha interesado el cine facilón, las superproducciones, el fandom. Cosas que su cara angelical y su estatus de sex symbol podrían haberles dado de sobra a los dos. Este Damon, ya en 1999, dejaba muy claro que lo que le interesa son los roles complicados y llenos de matices, como es este Tom Ripley. Damon personifica maravillosamente el descenso a la psicopatía más absoluta del personaje. Su mirada es estremecedora, y representa perfectamente esa peligrosidad de quien es enormemente peligroso pero no lo aparenta y, además, cuenta con la suerte de cara. Law, por su parte, es el perfecto playboy en una interpretación que, muy justamente, le valió una nominación al Oscar. Está excelente, carismático, infantil, caprichoso y atractivo a más no poder, en ese juego de sexo y poder que Dickie mantiene con Ripley. Gwyneth Paltrow y Cate Blanchett ponen la nota femenina con acierto, especialmente la primera (que goza de un mejor y más desarrollado personaje que la australiana), y Philip Seymour Hoffman se consolidaba ya entonces como secundario de lujo antes de convertirse en uno de los actores más reconocidos de los 2000.
En definitiva, una excelente película con sabor a clásico de antaño, llena de elegancia y siniestra perversión, servida por el inquietante Ripley, Tom Ripley.

Lo mejor: La elegancia y el estilo de Anthony Minghella como director, y la interpretación descomunal de Matt Damon y Jude Law.
Lo peor: Es posible que le sobren unos diez minutos, especialmente después de la escena en el bote en mitad del mar.
Sibila de Delfos
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow