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Voto de Sibila de Delfos:
5
Drama En junio de 1969, una serie de hechos desembocaron en violentos disturbios en el bar Stonewall Inn de Greenwich Village, frecuentado por gays y transexuales. Este fue el punto de partida de los movimientos que reivindican la igualdad de derechos de la población homosexual. (FILMAFFINITY)
2 de octubre de 2018
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Se imaginan lo que podría haber sido esta Stonewall si hubiera caído en las manos de, por ejemplo, David Fincher? ¿O incluso Spielberg? ¿O si hubiera tratado el tema de los disturbios de Stonewall, donde comenzó el movimiento por los derechos LGTB, como hizo la extraordinaria The Normal Heart con la epidemia de SIDA en Nueva York entre la población gay?
Pues nos quedamos con las ganas. La película cayó en manos de Roland Emmerich, que ya de por sí es malo cuando hace acción o locuras varias como 10.000 (una de las películas más lamentables que quien esto escribe ha tenido la desgracia de ver), pero resulta aún más estrambótico cuando intenta ponerse serio, como en su intento shakespeariano de Anonymous o aquí.
Con todo, Stonewall no es un horror ni una película desastrosa. De hecho, posee cierta emotividad, de agradecer sobre todo a un par de actores entre los que se encuentra un Jonathan Rhys-Meyers muy diferente a lo que nos tiene acostumbrado. Su problema es que no pone el foco en la revuelta. De hecho, parece importarle bastante poco a Emmerich al final, puesto que por mucho que se titule Stonewall, lo que de verdad es la cinta es un drama más acerca del proceso de maduración de un joven, el Danny al que interpreta Jeremy Irvine. Y como tal, se trata de una historia llena de tópicos, un telefilme de sobremesa sorprendentemente torpe y dependiente de los clichés (ver las escenas de la familia de Danny).
Por suerte, Emmerich ha tenido el buen ojo de escoger a Jonny Beauchamp para interpretar a Ray/Ramona. El actor de Penny Dreadful está simplemente soberbio, tierno, chispeante, carismático, divertido y vulnerable, todo a la vez, en un personaje que él hace fascinante y que roba la escena cada vez que está en pantalla. Se merece todos los halagos que no se le pueden hacer a una película muy poco comprometida con el tema tan importante que trata.

Lo mejor: Jonny Beauchamp, lleno de vida y adorable (¿canta? ¿baila? ¿alguna posibilidad de que sea Angel en alguna producción de Rent?).
Lo peor: Le falta profundidad y seriedad al retratar lo que fue realmente Stonewall.
Sibila de Delfos
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